El tema de los sueños de Machado fue objeto de algunos estudios críticos ya años después de la muerte del autor. Incluso en el número especial de La revista Cuadernos Hispanoamericanos, publicado en 1949 y dedicada a Machado, aparecen ensayos, que enfatiza la importancia de los sueños, muchas referencias se pueden encontrar en los críticos posteriores.
«Sueño» es uno de los términos de una alta frecuencia de uso en la poesía de Machado, similar a lo que sucede con «chimenea», «tierra» o, “agua”, “mar”. Estas palabras están relacionadas con las imágenes alrededor del cual opera la poesia el poeta, las llamadas «palabras clave». En estos trasciende el Signo de soldadura poética y el simple sentido Significado y està enriquecido con un Carga de Valores emocionales.
La alta frecuencia con que estos términos son utilizado hace suponer, como observa C. Bousoño, que hay un vínculo entre la especial visión de la vida que exhibe Machado de la lírica.
Estos mismos temas pueblan las páginas de la próxima edición y otras colecciones de poesía. Su característica distintiva es su la repetición incesante y obsesiva. Pero lo que realmente es el «sueño» para Machado es difícil de definir. El punto de partida, en el que toda la crítica parece concordante, es que existen las características fisiológicas de un sueño.
Esto explica por qué el autor recurre al sueño sobre todo en Soledades, el libro de las emociones intimas de la pena, de los recuerdos de melancolía y de los caminos de la exploración interior. Pero el «sueño» machadiano también representa una especie de «trasmundo poético «.
El soñar es Machado una forma de expresar la melancolía. Dada la centralidad de la poesía de Machado existen estudios que han tratado de verificar, a través de un análisis cuantitativo. Más tarde, a través del análisis textual, la cuestión ha sido abordada sobre la importancia que este elemento tiene en la poesía del autor. El análisis cuantitativo se realizó en los datos reportados en Concordancias y en El Manual de Frecuencias Lexico Machado.
Esta frecuencia se divide por la diferente épocas de producción reconocidos por la crítica. Para el análisis de textos se ha hecho referencia a la edición crítica de los poemas de Antonio Machado editado por Orestes Macri. Se calcula primero la frecuencia del sustantivo «sueño» y luego, por separado, la suma de las frecuencias de todas las otras palabras que están vinculadas a las semática habitual de Machado.
La mayor concentración del término «sueño» se produce en la primera colección, la frecuencia luego cae y se estabiliza (con un valor medio de apenas por mil) en Campos de Castilla. Este elemento, que expresa la frecuencia de los términos de la obra de Machado, adquiere importancia cuando se compara con el promedio de la frecuencia de esas entradas en español (0,7 por mil).
Así se puede observar que, objetivamente, en la poesía de Machado «sueño», de Campos de Castilla tiene una frecuencia de cuatro veces mayor que el de la lengua hablada, aunque en Soledades la proporción aumenta a quince veces. Los datos empíricos confirman la importancia de los sueños, sobre todo en Soledades, sino también en la posterior producción en la que, a pesar la disminución de la frecuencia, los valores son todavía altos en comparación con las demás palabras.
La reducción observada puede estar motivada en la evolución del poéta. En este sentido, en la obra Soledades, el autor expresa su amor, ausencia. Por tanto, la esperanza ha abandonado el alma del poeta.
El «sueño» aparece sobre todo en la primera frase de la producción Machado, una de las cuales es Soledades, publicado en 19038, revisado, ampliado y reimpreso con el título final de Soledades. Galerías. Otros Poemas en 1907. Con referencia a la primera edición, J. L. Cano dice:
Contiene ya el libro los principales temas y símbolos que dominan en la primera época de la poesía de Machado: el tema del agua que pasa, el de la. fuente, el de la tarde — como lo que cae y muere —, el del camino, los sueños y los recuerdos, la indagación del misterio de la existencia.
Estas mismas cuestiones se pueblan en las páginas de las siguientes ediciónes y otras colecciones de poesía. Su rasgo distintivo es «la repetición incesante y obsesiva » de la palabra sueño. Cano vuelve a comentar:
Antonio Machado sueña las cosas como ilusión, como el sueño de un sueño. ¿Qué es vivir?, se pregunta en el prólogo a Campos de Castilla. Y se contesta: Soñar nuestro sueño. Esto explica que toda la poesía de Bécquer, como la de Machado, se apoye en el soñar y entresoñar de las cosas, se alimente de sueños y de ensueños. […] los sueños de Machado son los sueños del alma, los sueños de la ilusión y del recuerdo. […] El soñar en Machado es como un modo de ser, como la forma de su esencial melancolía.
Autor: Wang Jung