El estrés en medidas pequeñas puede ser un buen aliado para terminar más rápidamente nuestro trabajo debido a la presión que ejerce sobre nuestro cuerpo y mente, pero cuando es demasiado frecuente o casi permanente en nuestras vidas, puede convertirse en el peor enemigo de nuestra salud.
¿Crees que estás sufriendo de estrés? Esta serie de síntomas a continuación te ayudarán a descubrirlo, y también te permitirán que, desde hoy, empieces a trabajar en la solución, buscando ayuda profesional, de ser necesario, o simplemente organizando mejor tu tiempo en función de la cantidad de actividades que forman parte de tu rutina diaria.
No duermes bien
Si últimamente sufres de pesadillas, no logras conciliar el sueño fácilmente o, por el contrario, pasas la mayor parte del día con sueño, es probable que el estrés sea el principal factor influyente en tu falta de descanso, debido a los sentimientos de preocupación y ansiedad.
Una práctica que no suele fallar: realizar actividad física al final de la tarde puede ayudarte a liberar endorfinas que te harán sentir más relajado al momento de reposar, y recuerda, dormir al menos 8 horas es fundamental para mantener un cuerpo sano y aliviar el estrés.
Estado de ánimo alterado
Es uno de los síntomas que más se manifiestan cuando sufres de estrés, que de hecho debilita los mecanismos que levantan el ánimo en el cuerpo humano. Estas alteraciones pueden comprender aspectos como: mal humor, irritabilidad, agresividad, frustración, preocupaciones constantes y, en el peor de los casos, puede ocasionar un progresivo aislamiento y depresión, incluso.
Mucha hambre o inapetencia
No todos reaccionamos de la misma forma ante el estrés. Algunas personas pueden encontrar el consuelo para sus preocupaciones o problemas en la comida, mientras que otras pueden perder parcial o totalmente el apetito. Además, la falta de tiempo y desorganización puede causar que nos saltemos ciertas comidas o comamos a deshoras. Teniendo en cuenta que los desórdenes alimenticios pueden traer graves consecuencias en la salud, lo recomendable es consultar a un especialista.
Dolor en los hombros, la espalda y el cuello
Si te encuentras bajo mucha presión o estrés, es probable que tiendas a encorvar la espalda o a encoger los hombros mientras trabajas. Esto trae como resultado que los músculos se contraigan y puede ocasionar una gran tensión que, si bien puede durar unos días o un par de semanas, también puede convertirse en un dolor sumamente molesto que requiera una pronta atención médica.
Aumentas o bajas rápidamente de peso
El estrés es responsable de la elevación de los niveles de cortisol (la hormona del estrés que el cuerpo fabrica en situaciones de emergencia). Los niveles altos de esta hormona afectan directamente en el metabolismo, haciéndolo más lento o más rápido de lo normal y ocasionando cambios bruscos en tu peso.
Además, el estado de alerta en el cual nos encontramos cuando nos estresamos, implica un mayor desgaste de energía y, en consecuencia, pérdida de peso.