A nadie se le escapa que, el periodismo, sufre una crisis profunda que afectará al modo de producción de contenidos y a la labor que desempeñarán los profesionales. La información ha pasado a ser difundida a través de internet y de manera gratuita; sufre, lo que viene a ser, una universalización social. Es decir, se comunican contenidos para una sociedad digital, por cualquier integrante de esa sociedad, sin tener en cuenta su profesionalidad o su credibilidad. Pero, a diferencia del comunicador social, la labor periodística, obliga a desempeñar una capacidad de análisis si se pretende ejercer un diagnóstico sobre cualquier información.
Periodista hay que serlo las 24 horas del día y, en la actualidad, se cultiva en la red. Los propios periodistas se alimentan en ella. Y hay que estar preparado para asumir este nuevo reto de innovación. Se deben contar historias y detalles de los hechos, tras bambalinas, con información confiable y veraz. Hay que lograr estar en el lugar y ser parte de la convergencia. Ello dará credibilidad y respeto. ¿Y por qué la importancia de recuperar la credibilidad? En el pasado, el periodismo contaminaba a la sociedad. Hoy sucede al contrario, se contagia de la inmoralidad, banalidad y servilismo de la sociedad menos preparada; se ha pasado de contar historias, a ser un canal de declaraciones del populismo.
El periódico en papel se enfrenta cada día al mismo lector que compra su ejemplar; un lector incondicional de su ideología. En cambio, el periodismo en la red, ha de enfrentarse a cualquier público, debido a la facilidad y gratuidad de acceder a su página/cabecera. Por ello, reproducir la información que ya existe en todas partes, no es una fórmula válida. Hay que disponer de contenido propio: Analizar, Valorar y Diagnosticar la noticia. La clave es la rentabilidad social. El público ya no compra el contenido. Entra en la web e interactúa con los contenidos. El periódico online aprovecha la cantidad de visitantes para vender sus espacios publicitarios. A mayor rentabilidad social, mayor incremento de anunciantes.
El periodista ha de actuar como red social, capaz de crear nuevas interacciones con su propio medio, con las fuentes que utiliza, con los expertos que consulta, con el público más especializado o segmentado y con los seguidores de su blog, para llegar al público general. Tener una mayor presencia en la red, es parte de la actividad profesional. Si no se está presente, se corre el riesgo de ser irrelevante, sobre todo para el público más joven. La abundancia de información requiere tareas de filtrado y la inmediatez de ésta, precisa serenidad y criterio. Para ser valorada la información que uno propone en la red, hay que agregar conocimientos al perfil profesional del nuevo periodista.
La crisis del actual periodismo se puede resolver con pasión y nuevos conocimientos. Por otra parte, uno de los factores determinantes para el desempeño de la actividad periodística actual, es el disponer de un conjunto de contactos efectivos en las redes sociales como Facebook y Linkedin. Unos contactos que permitan, a su vez, una mayor difusión de los contenidos, gracias a su carácter de celebridad, popularidad o credibilidad en la red.
Lo que demanda el puesto de trabajo, no es sólo hacer notas de prensa y newsletters, sino, definir estrategias de comunicación concretas, contacto con medios de comunicación, establecer un nivel de contactos adecuados, trabajo de RRPP, crear eventos, hacer de Community Manager, establecer KPIs, objetivos de negocio y diseñar estrategias de marketing… Hay un gran camino para llegar al máximo de su público potencial y crear un valor de marca específico.
Escritor: Pau Gallego