Pertenece a la tendencia de la escuela diagnóstica, pero asienta sus bases en la teoría de la personalidad de estilo freudiano.
Una de las características fundamentales de este modelo reside en la importancia atribuida al contenido y al proceso del estudio psicosocial ya la trascendencia dada al diagnóstico social que se ha de hacer sobre el caso. La valoración de la personalidad como dato central, la posibilidad de encontrar en el usuario los recursos que le permitan salir de la situación problemática a través del tratamiento de los conflictos intrapsíquicos. Ver al individuo como sujeto activo en el proceso de comprensión y solución del problema.
El análisis del pasado no se presenta en absoluto como una metodología necesaria, sólo se tiene en consideración cuando la conducta del usuario manifiesta dificultades, incongruencias o respuestas inadecuadas respecto de la situación coyuntural. Profundizando en mayor o menor medida de acuerdo con la magnitud del problema.