Antes de analizar la función profesional orientadora, es necesario recordar la relación que existe entre la comunicación y la especie humana. Entender la comunicación entre seres humanos, inicia conectando las múltiples acciones que lo conforman.
Quienes en algún momento aceptan la responsabilidad de ser orientadores, docentes o incluso hasta los mismos sacerdotes, entenderán que para lograrlo con eficacia se requiere de talento, comprensión de sentimientos, capacidad para identificar verbal, corporal, escrita; hallar un escondido sentido por asuntos que para muchos resultan ser inexplicables, es algo que demanda de capacidades altamente cultivadas.
Se entiende por comunicación a la transferencia de información existente entre dos o más seres humanos y no humanos, es una acción que exige de códigos auditivos, visuales, táctiles, lingüísticos, olfativos, etc. Sin embargo, la especie humana ha logrado construir una fuente enriquecida de caracteres construidos todos de forma inteligente, con una abanderada estructura y catalogada como el sistema de comunicación mas completo entre los seres que conformamos la naturaleza.
Un sistema hace referencia a un conjunto de elementos, que cuando logran ser cohesionados e interactúan, favorecen el cumplimiento de un mismo fin y la acción de cada uno de sus miembros repercute positiva o negativamente entre los otros. El sistema de comunicación experimenta justamente lo mismo, los caracteres que conforman un idioma están hechos a partir de un micro sistema interdependiente como; vocales, letras o sonidos, que al ser invertidos su orden, forma o contexto, podría cambiar la totalidad de una idea, un propósito, el mensaje de un emisor y por ende, determina las interpretaciones de su receptor.
El orientador, un ser humano capaz de experimentar emociones propias e interpretar otras ajenas, requiere dones analíticos de sus comportamientos y de su propia vida, haciendo un reconocimiento de sus entornos próximos para conectarlos a decisiones asertivas. El orientador asume, se impregna de asuntos que giran en torno a múltiples ambientes cotidianos y profesionales; corriendo siempre el riesgo de ser comprometido emocional, mental y físicamente. Es importante establecer un parentesco con la ética, la comunicación y la democracia que le permita explorar en mundos distintos como los que ofrece la intervención y la experiencia.
Para el caso particular de la comunicación en los proyectos sociales, es importante referenciar aquellos que buscan un equilibrio entre las diferentes clases sociales. Para un estado como Colombia, se diseñan y se ejecutan planes de atención exclusivos para personas con discapacidad, pero muchas de estas propuestas se disfrazan de fuentes de apoyo cuando realmente se tratan de derechos fundamentales consagrados en la constitución nacional, otras aparentan ser benevolentes al otorgar bienes, servicios, pero limitando la autonomía de quienes reciben dicho servicio. El ser humano es un ser sensible a las reflexiones y tendiente a potenciar su capacidad de crecer con pasos de auto-cooperación, seguramente, podría transformarse positivamente con afecto y comunicación proveniente de otras personas, tomar de su fortaleza y hacerla propia.
Según Guillermo Hoyos Vásquez en su escrito (La acción comunicativa: conflictos, participación, democracia y ética), el mundo de la vida se comprende como aquel mundo físico y no físico, pero del cual todos los seres humanos hacemos parte como individuos sociales, en él, unos y otros compartimos diversidad de aspectos, incluso entre personas que aparentemente presentamos grandes diferencias, pero la relación de todo el colectivo merece grandes dotes de comunicación. Existen especies animales para las que prima la ley del más fuerte, en las sociedades humanas, es posible entenderlo como el inicio de una era en que prima la ley del hombre y la mujer con fuentes de comunicación diversa, clara y objetiva.
La comunicación no se estandariza únicamente en la capacidad de transmitir mensajes hacia un entorno, este proceso funcional de las relaciones exige un comportamiento que involucra todo un colectivo al reconocimiento por todas las fuentes de comunicación que posee. “Todo comunica”, las expresiones, lo simbólico, lo textual, aquello que corresponda a lo lingüístico y por supuesto lo comportamental. En la medida en que el ser humano logre comprender los efectos y el poder que alcanza con su comunicación, podrá entender el porque del resultado que obtiene de sus interacciones, de su adaptación al mundo y de las posibles causas de su interés por seguirse adaptando a el.
Colombia; un mundo de diversas culturas, formas de vestir, maneras de expresarse, comportarse y establecer comunicación, casi en equivalencia con el número de habitantes de sus regiones. Donde unos ya educados para alcanzar sus sueños y otros dedicados a una vida que les exige competir; lo cierto, es que para cada cultura existen distintos códigos lingüísticos que referencian objetos, aspectos o sentimientos. El sentido de la comunicación es realmente construir un canal que permita transmitir conceptos, ideas, formas de ver la vida y vivirlas para poder creerlas. Se requiere un conjunto de códigos escritos y verbales entrelazados de actitudes para concebir la razón de la existencia humana, es hacer vivencial eso que para muchos se concibe como valores, pero que resulta complejo transmitirlos a sus semejantes. En realidad, la acción comunicativa es lograr que toda persona que ya ha establecido vínculos físicos con sus familiares y luego a los miembros de una sociedad, pueda confrontarse así mismo con la capacidad de integrarlo a su realidad.
Cómo se menciona algunas líneas atrás, existen proyectos de carácter social que integran nichos a nuevas formas de consumo, y por supuesto, el interés de este escrito no busca colocar una fuente de críticas que lleven al lector a apropiarse de una razón mas para desconfiar de los esfuerzos del gobierno o sus entidades, se trata de reflexionar e imaginar lo importante que resultarían las propuestas que emprendan a cautivar la autonomía de los atendidos.
Independientemente que los procesos requieran o no, un producto, un alimento, un bien o un servicio material, puesto que existe la demanda que satisfaga las necesidades básicas de los pobladores, las comunidades, cualquiera que esta sea, seguramente necesitan de algo más que objetos. Para el caso particular de familias que cuenten con uno o varios miembros y cuya condición pueda ser incapacitante, es importante identificar que tan consiente ha logrado ser la familia de su situación. No es fácil asumir responsabilidades enormes en una sociedad impregnada por la discriminación y se contamina con la indiferencia.
Las familias necesitan empezar por reconocer que el individuo incapacitado no es un individuo inútil, no se convierte en una carga cuando se es observado como un miembro mas y cuando se definen conjuntamente ciertos potenciales que a simple vista parecen insignificantes, esto lo transforma en un ser humano que requiere del suministro de objetos pero acompañados de personas y esperanza.
La discapacidad es un tema que por momentos se pone de moda en instituciones educativas, deambula en escritorios de orientadores, educadores, congresistas y dueños de entidades que promueven la igualdad social. No obstante, la acción comunicativa y la democracia dentro de algunos gremios del sector social inmaterializan la participación de la familia del discapacitado.
El hombre o la mujer que requiere ser atendido(a) porque su cuerpo o su mente presenta alguna diferencia con el ser humano del común, necesita algo mas que una silla de ruedas o un bastón, ya que este fuese del todo funcional cuando acompañado de comunicación, información, sentido social y las múltiples experiencias de grupos familiares crean un círculo de prácticas de orientación.
Escritor: DANIEL MAURICIO MAHECHA ARCHILA