El periodo del embarazo dura aproximadamente 280 días de gestación, o, como comúnmente suele llevarse en el control, 38 semanas. En la población fémina es casi imposible llevar el cálculo del día exacto en que inicio la ovulación, por ello para calcular las semanas se suelen contar 40 a partir de la última vez que tuviste el periodo.
Para tener una mayor noción, si deseas saber cuándo será la fecha para el parto simplemente deberás restar tres mese y añadir siete días desde la última menstruación.
Si estas en sospecha de estar en estado o estás en la búsqueda y deseas saber más información sobre cómo cambia tu cuerpo, en este artículo te explicaré cuales son los cambios y que se puede observar durante esa primera semana de embarazo.
¿Qué sucede durante la primera semana?
A pesar de que en la primera semana aún es muy difícil confirmar si realmente estas en estado, en caso de estarlo, significa que ya tu cuerpo está empezando a trabajar en la incubación del futuro bebé. Aún en esta etapa seguramente no deberías sentir los síntomas propios que se presentan en el embarazo. Es importante que lleves un control de la fecha de tu última menstruación pues servirá para llevar el conteo de las semanas.
Durante la primera semana del embarazo, el cuerpo se prepara mediante el periodo de evolución, durante esos días, la membrana del útero o endometrio, se prepara para el embarazo, si esto no sucede la membrana se desprende y entonces llega la menstruación. Es por ello que se puede decir que en realidad es luego de la segunda semana cuando se puede hablar de un embarazo.
En la primera semana además, inicia la disposición de hormonas para la ovulación, estas terminarán de producirse a finales de la segunda semana. Para dar lugar a la glándula pituitaria que se encuentra ubicada en la base del cerebro, dicha glándula producirá la hormona foliculoestimulante que se encargará del desarrollo de los folículos, conteniendo óvulos en las distintas fases de maduración. Los folículos generan el estrógeno, la hormona encargada de provocar que la glándula pituitaria genere también la hormona luteinizante, responsable de disparar la ovulación.
En cuanto al bebé, durante esta semana aún es una célula, que, fecundada en el ovulo femenino se divide por primera vez, y, a partir de esta división se forma lo que se denomina un blastocito, es decir; una célula embrionaria. Está capa se forma antes de la germinal y puede albergar durante los primeros cuatro días hasta 100 células.
Iniciará el desarrollo de la placenta. La placenta es un órgano encargado por excelencia de la alimentación y de desechar los catabólicos, provenientes del feto. El peso de la placenta puede llegar a pesar medio kilo y cuando alcanza su máximo desarrollo puede contener hasta 150mL de sangre.
El intercambio de las proteínas y minerales entre la madre y el feto son mediante la barrera de placenta, responsable de separar la sangre de la madre de la del feto, y sirviendo de protección contra bacterias y virus para que no puedan atravesar y dañar al bebé.
¿Cuáles son los cambios que notaré en mi cuerpo durante la primera semana?
La mamá experimentará una serie de cambios físicos, metabólicos, fisiológicos entre otras que servirán para proteger, dar el alimento necesario y que el futuro bebé pueda desarrollarse de manera segura en el cuerpo de la madre.
Los primeros síntomas que se suelen notar durante la primera semana son, el cansancio, olfato más agudo, sueño, las mamás aumentan su tamaño, las nauseas. Aparte de los ya mencionado se presenta la presión en la pelvis, ganas continuas de ir al baño a orinar. Se ha de tener en cuenta que estos síntomas no son iguales para todas las mujeres, hay algunas que tardan más en sentir los efectos del embarazo.
Consejos para el bienestar durante la primera semana del embarazo
Estando ya en la primera semana del embarazo es importante que empiecen los cuidados, por ello se recomienda iniciar a tomar acido fólico, suplemento por excelencia para el desarrollo del bebé y minimizar el riesgo de defectos en el tubo neural, siendo un ejemplo el caso de la espina bífida.
El yodo también es importante pues favorece el desarrollo cerebral del bebé y, la vitamina B es necesaria para evitar algún fallo en la ovulación o implantación, infertilidad o aborto, así como para mejorar el desarrollo del feto, junto con la formación y funcionamiento de las hormonas sexuales.