La biodanza es una actividad y herramienta utilizada en la psicología que involucra la auto-consciencia y la permanencia en el momento de los participantes. Promueve la integración holística del ser a través de la expresión corporal, involucrando emociones, pensamientos, y movimientos corporales reducir problemas de ansiedad generalizada, fobias sociales, problemas de autoestima, problemas de afectividad, entre muchos otros. Las características fundamentales de la biodanza son:
Integración humana: a través de la interpretación corporal, la biodanza busca abrir un proceso primitivo y primordial que estimula la integración del ser, el aprender de la esencia personal a través del cuerpo.
Re-educación afectiva: gracias a las actividades de biodanza los participantes logran la integración personal y social, en la interacción unos con otros se abren procesos profundos a nivel afectivo, y los participantes aprenden nuevas maneras de expresar emociones.
Re-aprendizaje de las funciones originales de la vida: la biodanza promueve la permanencia en el presente, estar consciente del entorno, de tu cuerpo y de lo que rodea tu cuerpo, prestar atención y escuchar a tu instinto.
Vivencias integrativas: el propósito ulterior de la biodanza es lograr una vivencia integrativa completa, es decir, situar a los participantes en el movimiento que realiza el cuerpo, mantener el en aquí y el ahora, a través de una vivencia intensa y dinámica que tiene un efecto catártico y harmónico.
La biodanza combina una serie de movimientos que pretenden generar un estado de relajación y calma, suscitar un estado de meditación mental en el que el participante logra desprenderse de preocupaciones y ansiedades, para enfocarse completamente en el momento, en el movimiento de su cuerpo, en el ritmo de la vida. Esta expresión corporal resulta un método efectivo y muy entretenido para reducir síntomas de estrés, que tanto afectan a la población hoy en día. Al mismo tiempo, como involucra movimiento y ejercicio aeróbico, la biodanza promueve la segregación de hormonas que están asociadas con la felicidad, tales como la dopamina y la serotonina.
Los movimientos y danzas que se llevan a cabo en las actividades contribuyen a ejercitar el cuerpo, mejorar la agilidad, la coordinación y el equilibrio, tonificar la piel, y aumentar la segregación de toxinas a través del sudor. Por ende, ayuda con procesos de aceptación corporal y timidez, logrando que los participantes conozcan su cuerpo y aprendan nuevas habilidades que los motive a la superación personal.
Por otro lado, la música es otro factor que juega un papel fundamental en las actividades de biodanza. La capacidad inspiradora de la música promueve la espontaneidad, lo instintivo y natural de la expresión corporal, esta combinación consigue elicitar diversas emociones catárticas que concluyen en una liberación energética. La música ha demostrado tener cualidades curativas para tratar problemas de estado de ánimo y sobrellevar diversas enfermedades crónicas.
La biodanza puede ser practicada por todos, no importa rango de edad ni condición física; de hecho, es altamente recomendada para pacientes cardiópatas, como un método de ejercitarse y liberar el estrés, ambos factores fundamentales para la salud del corazón.