Muchas veces nos llegan consultas de personas que ya no saben qué hacer con sus hijos y la respuesta clara es nada déjenlos que “hagan nada” y verán que buen remedio es. Empecemos por aclarar, resulta ser que los padres están cansados de trabajar afuera de sus hogares y luego tienen, casi como agenda, que programar la vida de los chicos. Imagínense ustedes lo estresante que resulta para esos adultos volver de la calle cansados y de mal humor y tener que ponerse a ver que tienen para hacer sus hijos y que sus ratos libres estén siempre ocupados con alguna tarea por las dudas.
El estrés del adulto se transmite a los chicos. Pero hay otro punto que no estamos teniendo en cuenta y es la creatividad de los niños, cuando los padres los ven sin hacer nada creen que se aburrió y para muchos es el fin del mundo pues no, se equivocan, es una buena pausa para ver qué tienen ganas de hacer, cómo lo harán, cuándo y con quien.
Es decir que no es bueno atosigar a los chicos queriendo manejarles las vidas, permítanse relajarse y que, a su vez, las criaturas piensen que les gustaría hacer. Este sencillo ejercicio significará una buena terapia de relajación para todos y una sana forma de fomentar la creatividad de los chicos.