Tener una escucha activa parece más difícil de lo que es. Con prestar atención a cada palabra, gesto, sonido y movimiento es suficiente. Como ves, solo debes enfocarte en los detalles básicos sin hacer mayor caso a lo que esté pasando en el contexto para el momento, pues aunque sí afecta la comunicación, no es imposible de dejar a un lado.
Se tratan de diversos procesos que engloban uno solo. Escuchar, observar y sentir, en otras palabras ¿eres visual, auditivo o kinestésico? Es importante que definas cuál es tu tendencia para que te bases en esos recursos para sostener una escucha activa en la universidad y en el trabajo.
No obstante, en este artículo te presentamos algunos tips prácticos para mantener tus cinco sentidos enfocados en tus relaciones laborales y académicas.
Presta atención a cada palabra
Esta premisa se enfoca en tu parte auditiva, con la cual escucharás cada palabra que el interlocutor diga. También puedes combinarla con tu sentido de la vista, porque las palabras también se escriben. Si hay algo que no entiendas, no te limites ¡pregunta!
Mantenerte enfocado te ayuda a silenciar el “ruido” que hay en el ambiente, así disminuyes los factores distractores y de manera práctica te diriges hacia lo que en realidad te interesa. Aunque tener una atención de 180 grados sin duda alguna colabora con tu aprendizaje,
Evita interrupciones innecesarias
Este significa un reto para muchos que no saben contenerse, ya que cuando escuchamos a alguien hablar normalmente estamos pensando en qué responder y para evitar hacerlo debemos luchar contra nuestros propios instintos, o mejor dicho, con nuestro juicio interior.
El buen escucha permite que sea el interlocutor el que guíe la conversación. Además, solo hace preguntas en momentos oportunos, siempre y cuando su respuesta aporte a la conversación. Por ejemplo, si estás en una junta laboral o en un grupo de estudio, no vas a preguntarles qué desayunaron esta mañana, sería inoportuno.
Mira fijamente a los ojos
Mirar directo a los ojos te deja saber cuándo alguien está mintiendo, recordando o imaginando. También te permite ver cuando esa persona se conecta con la emocionalidad: ira, tristeza, nostalgia o felicidad son algunas de las emociones que puedes observar en la persona con quien te relacionas.
Asimismo, ver a los ojos también es una forma de mostrar respeto hacia tu compañero de estudios o de trabajo. Imagínate que conversas con alguien y necesitas que te presten atención pero no es así, sería incorrecto ¿cierto? Por eso es que ver a los ojos a tus amigos de estudio, profesores y jefes puede llegar a marcar la diferencia.
Toma nota de los aspectos interesantes
En este punto no nos referimos a cargar con una libreta y anotar todas tus conversaciones del día, pero sí en recordar los aspectos claves de la conversación. Con tan solo anotar frases o testimonios logras el objetivo. Una buena manera de hacerlo es parafrasear o repetir lo que dicen, e incluso tomar nota de posibles preguntas.