A partir de la década de 1970 el hombre ha comenzado a dimensionar los problemas y costos derivados de una sobrexplotación y falta de conciencia en la relación sociedad-medio ambiente que ha quebrado el equilibrio entre el hombre y la naturaleza. Las temáticas medio ambientales comienzan a aquejar gravemente a una sociedad que ve frente a sus ojos el impacto negativo de su actuar traducido en situaciones palpables como el calentamiento global, el cambio climático, el agotamiento y destrucción de los recursos naturales, la contaminación de las aguas, tierra y aire, la desertificación y pérdida de la biodiversidad, entre otros muchos.
Estos desequilibrios ponen en jaque la sobrevivencia del género humano no sólo en la actualidad, sino que también se proyecta generaciones futuras, donde el bienestar humano estará marcado por la persistencia e irreversibilidad de los daños impuestos principalmente por un modelo de desarrollo agresivo sobre la biósfera . El hombre y el tipo de civilización que hemos construido se han vuelto una amenaza para la naturaleza, el modelo de desarrollo imperante sitúa su foco en el ámbito económico, pero no necesariamente en paralelo a un desarrollo social o ambiental. La contaminación y el agotamiento de los recursos naturales se han posicionado como las principales problemáticas ambientales en la actualidad. En el Foro Río +5, Cumbre de Desarrollo Sustentable realizada en el año 1997, se plantea la creciente preocupación ante el agotamiento de los recursos naturales, cuyo consumo a nivel planetario se encontraba ya en aquellos años, sobre un 35% de sus capacidades de recuperación .
Estas problemáticas ambientales se relacionan a su vez con otros de ámbito socio-económico, como la pobreza, el subdesarrollo y la inequidad existente entre distintos países, principalmente producto de la práctica de ciertos patrones no sostenibles de producción y consumo que están creando un desastre, por lo cual es urgente detener y revertir la destrucción ambiental, la pobreza y la inequidad . Así, las problemáticas medio ambientales y sociales se vinculan de forma directa, existiendo una relación directa entre países desarrollados o industrializados, países en desarrollo y los problemas que enfrentan: estando las problemáticas de los primeros ligadas la necesidad de limitar o medir los hábitos de consumo – o sobre consumo – producto de estilos de vida que generan una gran presión sobre el medio; mientras que los países frecuentemente conocidos como “en vías de desarrollo” enfrentan problemas ligados a la satisfacción de necesidades básicas, problemas sanitarios, educación y vivienda (Figura 1-6). Estos elementos ayudan a la agudización de las desigualdades, de la pobreza, y también de la relación agresiva de explotación del medio a fin de satisfacer las respectivas necesidades de cada sociedad.
Ante esta situación, producto de una diversidad de reuniones de entes internacionales agrupados y encabezadas principalmente por la Organización de Naciones Unidas (ONU) que se comienza a estructurar un nuevo modelo de desarrollo que aúne en él tres elementos principales que han de equilibrarse y experimentar un desarrollo armónico sin predominancia de alguno: ámbito económico, social y medio ambiental, el que tomará en la década de 1980 el nombre de Desarrollo Sustentable con la finalidad de poner freno a la situación crítica tanto social como medio ambiental que se esbozaba y comenzaba a pronunciar con fuerza ya en estos años, producto de la poca conciencia y cuidado del sistema económico imperante en su relación con la sociedad y el medio natural.
Ante esta situación, y dentro de una amplia serie de medidas que buscan difundir, concientizar y situar en un lugar de importancia el Desarrollo Sustentable, en la Cumbre de Johannesburgo realizada en Sudáfrica en el año 2005, las Naciones Unidas sostienen la importancia de la educación como un pilar fundamental para lograr el Desarrollo Sustentable, comprometiéndose los distintos gobiernos participantes en fomentar la inclusión, incorporación y mayor desarrollo de la dimensión ambiental en la educación, ya sea formal o informal. En el ámbito de la educación legal o formal, se plantea un refuerzo de los temas medio ambientales y sociales, tanto en escuelas como en universidades, incluyendo investigación como temas esenciales para alcanzar el Desarrollo Sostenible .
Esta cumbre viene a reforzar los elementos esbozados en el Programa 21 elaborado en 1992 durante la Cumbre de Rio, en cuanto a la importancia del fomento de los lineamientos del Desarrollo Sustentable en el sistema escolar, formal, informal, a fin de formar personas con una mayor conciencia y capacidad de participación en los desafíos que su presente les plantea. Es Johannesburgo donde las Naciones Unidas, en acuerdo ante la crítica situación planetaria en aumento, que promulgan la llamada Década para el Desarrollo Sustentable entre los años 2005 y 2014, con la finalidad de dar mayor énfasis, importancia al ámbito educativo y lograr un compromiso real de los distintos países participantes.
Ante esto, Chile en el año 2009 se adscribe a este compromiso mundial, promulgando la Política Nacional de Educación para el Desarrollo Sustentable, elaborado por la Comisión de Medio Ambiente del Gobierno. En este documento, se sostiene que Chile se adhiere al llamado del decenio de Educación para el Desarrollo Sustentable, con el propósito de fortalecer y la educación y reorientarla hacia los objetivos del desarrollo sustentable por medio del entrenamiento de habilidades, de desarrollo de un pensamiento crítico y constructivo que permita generar cambios profundos a fin de construir un Chile más sustentable que garantice el cuidado del medio ambiente, la equidad social y el desarrollo económico de forma equilibrada y armónica .
Escritor: Valentina Figueroa Zenteno.