La mayoría de las personas, así sea en un punto de su vida, han tratado de mantener algún tipo de dieta. Igualmente, la mayoría de estas personas, abandonan la dieta en un estado de desesperación. Comer libremente y satisfacer tus antojos parece ser imposible hoy en día, cuando hay tantas personas preocupadas por cuánto pesan y cómo se ven. Falsos estandartes de belleza, presiones sociales, prejuicios, falsa información y creencias, son sólo unas pocas razones por las cuales puedes terminar obsesionada con la comida: comer o no comer, he ahí el dilema.
Vemos cómo mundialmente han aumentado los desórdenes alimenticios, y cuánta importancia brindan los medios a información referente a problemas de peso, métodos para perder peso, problemas alimenticios, y demás tópicos que obsesionan a muchas mujeres. Se ha propagado el mito de que comer menos y evitar comidas te hará adelgazar, llevándote poco a poco a un estado de inanición. Pero esto es sólo un mito; no he conocido a una persona que intente seguir esta regla y no haya terminado en un episodio de gula.
La mayoría de los problemas alimenticios empiezan con una dieta restrictiva. Y no es de extrañarse, pues el deseo de ser delgado que motiva a someterse a estas dietas se genera en un entorno social donde se equipara la delgadez con éxito y al mismo tiempo se rechaza la obesidad, haciendo que las personas con sobrepeso desarrollen una especie de miedo hacia la comida.
Si bien es conocido que en países como Estados Unidos el consumo de comida rápida es muy popular y está relacionado con la cantidad de casos de sobrepeso; también es cierto que muchas veces comer no es el problema. Las dietas suponen ignorar las necesidades de tu cuerpo, y consumir menos comida de la que realmente requieres para un buen funcionamiento. Esta obsesión por no comer, es justamente lo que lleva a la mayoría de las personas a fracasar en el intento de mantenerse delgado.
Evadir las necesidades del cuerpo sólo puede llevarte a problemas. Así como cuando estás enfermo atiendes a los síntomas de tu cuerpo, de la misma forma debes escuchar sus demandas todo el tiempo. Hacerte consciente de lo que necesitas y cuándo lo necesitas es vital para lograr un balance.
Así que primero debes analizar las señales, si estás llevando a cabo una dieta, date cuenta si estás constantemente anhelando dulces o comidas placenteras, si te sales de la dieta y terminas dándote un festín, aún sin tener demasiada hambre, si sientes culpa y miedo luego de comer. Estos síntomas son indicios de que estás atrapado en un ciclo nocivo para tu salud.
En segundo lugar, debes empezar a reconocer las señales reales de tu cuerpo, la sensación de vacío al tener hambre, sonidos estomacales, debilidad corporal, dolor de cabeza. Y más importante aún, debes enseñarte a obedecerlas, lo que nos lleva al siguiente paso.
De tercero, debes disponer de comida de calidad, tanto en casa como fuera, debes tener acceso a buena comida sin importar dónde estés. Evitar los dulces y comidas placenteras es necesario en orden de perder tejido adiposo, y recuerda que debes reprogramar tu organismo primero para comenzar un ciclo más saludable. Así que compra comida de calidad que te guste y deshazte de toda la comida basura.
Y por último, come de acuerdo a las señales de tu cuerpo. Tus necesidades irán cambiando de acuerdo como vayas progresando. Si sientes hambre, disponte a comer de esos deliciosos productos de calidad que has comprado. Come hasta sentirte lleno y sigue con tus actividades normalmente. Te sentirás sorprendido de los cambios que estos pasos pueden lograr.