Al analizar la mediatización de la guerra y sus consecuencias, en el marco del impacto del discurso televisivo sobre las audiencias así como en la construcción de la realidad, surgen varias dudas: ¿Ese sentimiento nacional que lleva a los ciudadanos a apoyar una guerra porque sienten que no serían dignos de llamarse así, si valoraran otro modo de comportamiento distinto, define la decisión de hacerla? ¿Son el gobierno, los massmedia, el capital económico o muchos factores, los que configuran las mentes de los ciudadanos? ¿Siempre, es absoluta e irreversible la manipulación mediática sobre los espectadores?.
Habitualmente, se demoniza a los medios como dueños de un poder absoluto, y no pretendo exculparlos. En efecto, tienen un gran poder a partir de la construcción de la realidad y de su servicio al poder económico, que hoy, casi es un sinónimo de las grandes corporaciones mediáticas que marcan nuestra agenda. Pero esa construcción mediática, a la hora de “manipular espectadores” se topa con otros factores que inciden claramente en lo que una persona percibe de parte del medio.
Aquí se pueden entrelazar elementos de la teoría social de Pierre Bordieu quien distingue varios tipos de Capital: económico, social, cultural, simbólico, que determinan la esfera de lo posible. El capital simbólico suele definir algunas motivaciones que empujan al ciudadano a apoyar una guerra. Destreza, dominio, talento, valor, honor, voluntad constituirían el capital simbólico que la televisión ensalza, capital que según el mismo Bordieu, consiste en propiedades carismáticas y casi “mágicas”.
Por otra parte, es interesante remarcar que la forma de los discursos televisivos en imagen y texto, varió radicalmente entre una primera y una segunda etapa, en la transmisión de información sobre la Guerra del Vietnam. Mientras en la primera época, se exaltaba el sentido de honor de la sociedad norteamericana y se despersonalizaba a la guerra al hablar de bajar objetivos (por asesinar personas), en la segunda se generó un cambio de conciencia política. Esa nueva visión de la sociedad se trasladó a la televisión, la cual expresó el cambio que la sociedad fue mostrando a lo largo de los años que duró la guerra.
En esta segunda etapa, los ciudadanos se cuestionaron por qué se estaba muriendo tanta gente y empezaron a pedir que acabara la guerra. Lejos quedaba el exitismo donde lo importante era ganar, y la gloria de las primeras transmisiones. Así, la opinión pública trasladó a los medios, su hartazgo por esta guerra ajena y lejana, y la TV empezó a darle una imagen mucho menos positiva. La guerra ya no era racional sino todo lo contrario: frentes indefinidos sin objetivos claros, ignorancia acerca de si una batalla era una victoria o una derrota. En lugar de la frase “lo importante es ganar”, aparecían en TV dirigentes que centraban sus discursos en la consigna: “paz en Vietnam.
Finalmente, no hay que olvidar que en la construcción de la realidad no sólo intervienen los medios, siempre en el banquillo de los acusados. El cierre del mensaje le cabe al espectador al darle diversas significaciones según el nivel educativo, la ocupación y la influencia de la sociedad en la que vive. De hecho, esta influencia decisiva del receptor frente a los medios, se vio claramente en el ejemplo antes contado sobre la segunda etapa de la Guerra del Vietnam, donde la gente harta del conflicto bélico configuró un discurso televisivo, completamente distinto al de los inicios de la guerra.
Bibliografía:
Durham Peters, John y Rothenbuhler, Eric W. “Más allá del temor a las imágenes. La realidad de la construcción”, Universidad de Iowa, 1989. Editorial Gedisa.
Hallin, Dan.”Imágenes de guerra en la televisión norteamericana. Vietnam y el Golfo Pérsico”. Universidad de California, San Diego. Editorial Gedisa
Gutiérrez, Alicia B. “Las prácticas sociales. Una introducción a Pierre Bordieu”, Ferreyra Editor, .2005.
Escritor: Adriana Giannini