Está inspirado en los conceptos de la no directividad. El elemento sustentador es la relación de ayuda en la que, al menos una de las partes: el trabajador social, tiene la intención de promover el desarrollo, la maduración, el funcionamiento y la capacidad de reaccionar a la pruebas que la vida conlleva.
Este primer grupo de modelos son utilizables en el tratamiento del individuo y adaptables a una amplia gama de situaciones problemáticas. Todos ellos, tienen una concepción energética de la persona y buscan, principalmente las causas del problema, se trata de provocar la aparición de la «tensión innata para el crecimiento psicológico». En todos estos modelos el punto central es la relación trabajador social-usuario.