Tras la salida apresurada con maletas y bolsas llenas de pedacitos de vida, dejamos la vieja casa de los abuelos, mi madre me cargaba aferrando mi cuerpo al suyo, mientras abordábamos el auto que nos llevaría al puerto. En el camino nadie habló, solo mi padre repasaba el itinerario, los documentos, las incertidumbres disfrazadas de sueños. Al llegar nos aguardaba imponente el transatlántico que nos llevaría a nuevos horizontes por las indomables aguas del océano, el mismo que se tragaría por décadas, nuestra tierra, nuestro origen…España.
Corría el año de 1939, la guerra civil se recrudecía devorando a cada paso, calles, escuelas, hospitales y gente…gente con hambre, con miedo, sin hogar. Yo nací dentro del closet de la casa, en medio de un bombardeo y un año después, gracias al apoyo del gobierno de México y de su presidente el General Lázaro Cárdenas, ahora nos dirigíamos, a bordo del barco Sinaia al puerto de Veracruz, donde nos esperaba el Secretario de Gobernación Don Ignacio García Tellez y una comitiva de bienvenida compuesta de ciudadanos mexicanos y españoles. Arribamos el 13 de junio tras 19 días de viaje, y así comenzó mi vida como refugiado español en tierras mexicanas.
México, país de interminables riquezas naturales y de una gran belleza, se encontraba atravesando por una crisis económica y social, el gobierno cardenista se debatía entre la lucha de clases, los movimientos obreros y la reciente expropiación del petróleo y la nacionalización de los ferrocarriles. Lázaro Cárdenas con su Política de Masas, pretendía restablecer el derecho del Estado a regular las actividades económicas del país, para ello debían integrarse en la política nacional, como fuerzas de participación social, los obreros y campesinos. Cárdenas se propuso encaminar a la economía hacia la solución de las necesidades nacionales, los trabajadores mexicanos, serían las fuerzas productivas que se verían favorecidas y favorecerían los logros en el desarrollo nacional. La recién fundada Confederación de Trabajadores de México CTM, reunía a todas las otras organizaciones obrero-campesinas, las cuales se organizaban en sindicatos que representaban a los diferentes sectores económicos del país. Los recién llegados españoles, entre ellos intelectuales, científicos, políticos y escritores, se dieron a la tarea de insertarse en la esfera profesional y laboral mexicana.
El gobierno de Cárdenas, en el momento de declarar su posición ante las Nacionesrespecto del conflicto español, se pronunció a favor de la República y en contra del totalitarismo fascista del gobierno de Franco. México brindó apoyo de muchas maneras a los españoles que se encontraban peleando contra el franquismo y recibió a muchas personas que huyendo de la guerra solicitaron asilo político. Entre ellos, mis padres y yo, ya que mis hermanos se habían tenido que quedar en España al cuidado de unos tíos, por que no eran suficientes los lugares ni las oportunidades para ser considerados para realizar el viaje, la guerra nos separó durante algunos años.
Mi padre que era negociante, nos llevó a la ciudad de Puebla donde nos establecimos, echó a andar un hotelito que administraba para sostener a la familia. Posteriormente nos desplazamos a la Ciudad de México con el fin de mejorar las condiciones económicas de la familia, tras la quiebra del hotel de mi padre y con el fin de que yo entrara a la escuela.
La educación en tiempos de Cárdenas se consideraba muy valiosa, adquirió gran importancia la obligatoriedad de la educación primaria, la enseñanza de la literatura universal y de las ciencias. Hubo reformas en el artículo tercero, se crearon bibliotecas públicas y escuelas. Así, para el año de 1941 se fundó el Colegio Madrid, escuela para los hijos de refugiados españoles exiliados. Esto fue posible gracias al apoyo de la Junta de Ayuda a los Republicanos Españoles JARE, permitiendo con ello cubrir las necesidades educativas de los pequeños que, como yo, habían llegado a México en brazos de sus padres o solos, porque muchos llegaron si su familia y fueron adoptados por familias mexicanas.
En 1942, el mundo se encontraba en medio de los embates de la Segunda Guerra Mundial, las crisis políticas y los cambios económicos provocados por el imperialismo, México se preparaba para entrar en una etapa de estabilidad a la que se llamó “el milagro mexicano”, y yo, entraba a primer grado en el Colegio Madrid, comenzando así mi vida estudiantil en mi México querido, el lugar donde conocí a mi bella esposa y nacieron mis cuatro hijos…Mi segunda patria, mi segundo hogar.
Escritor: Edda Magdalena Vargas Alatorre