ENTREVISTA PERSONAL

Acaba de sonar mi teléfono: «Yolanda, acabamos de examinar Eu cutrículo y queremos reálizar una entrevista personal en nuestras oficinas»B¿Está usted interesada?. He colgado el teléfano y me he sentado. Me tiemblan las piernas y trato de controlar la respiración. Parece ser cierto que hay vida al otro lado de la pantalla de mi ordenador. He llegado a pensar que mi seruidor del lntemet no era viable y deglutla todas las palabras que negro soóre blanco me he dedicado escrlbír durante varias horas al día contando a «nadie» mis punfo§ fuertes, mi buen hacer, mis muchos conocimientos y mis muchísimas experiencias.

Es únsfe tener que sintetizar toda una vida llena de vivencias buenas y malas en sólo dos páginas cuando hay tanto que contar. Es triste que todo e mundo te pregunte por tu pasado cuando lo que realmente les debería de impoñar es fu futuro, lo que f¡’enes en mente, tus proyecfog úus metas, tus ganas y tus capacidades.

Lo bueno de que te pregunten sobre tu pasado es que nuestra memoria es selecfi’va y tan solo recuerda sesgadamente aquellas vivencias que nos gusta evocar y contar y se olvida no¡malmente de las malas experiencias. Mañana es el gran día, una entrevista personal después de ocho rneses de búsqueda incansable. Estoy neruiasa. ¿Qué voy a ponerme? He de cuidar al máximofodos tos detatte.s; Jersey de cuello vuelto, mi collar de cuentas yerdes y naranjas y para terminar el abrigo de napa. Es perfecto y además ese collar es /a pieza maestra de rni colección, vamos, una apuesta segura.

Detnasiado aparente. ¡Yolanda, por Dios, recaptacital. Se supo ne que esfás en paro y buscando trabajo. Nadie se va a creer que realmenfe necesifas trabaiar si fe presenfas a la entrevista vestida como para acudlr a un té benéfico. Irbnes que encontrar algo más casual, más u¡barto, más… Lo tengo, algo más informal: me pondre un vaquero de corte clásico, camisa oxfotd, mocasines y mí trenca azul marino. Un aire juvenil y desenfadado a la vez que conecto y comedid.

¿Eres tonta? ¿Aire juvenil? Las trencas ya no se llevan y el término iuvenil se escapa a tus posibilidades. No quenás parecer fuera de contexto como la etema estudiante atemporal, como una abanderada de Mayo del 68. Además recuerda esa escena tan tenible y que tanto te impactó en su día cuando viste la película de «Los lunes al sol», esa en la que regueros del tinte de pelo empiezan a correr por la cara y nuca del protagonista que acude a una entrevista de trabajo Siempre puedo tirar del sasfre gris marengo.

Es un clásica y lo puedo acompañar de una blusa alegre que le rcsfe seriedad. Es un fondo de armario pertedo y que coincide con el perfil de una mujer seria, responsable y trabajadora.Yolanda, Yolanda! Na sabía que la entrevista fuese para funcionaria de pnstbnes. Vaya ocunencia la del traje gris marengo. Definitivaménte queda descartado.

Tengo que tranquilizarme. Este trabajo me gusta y lo voy a conseguir. Sé que soy capaz de lograrlo No quiero tener que sonrojarme cuando en un futuro alguien pueda recordatme en el día de mi entrevista de trabaja ataviada como un á¡bol de navidad. He de recapacitar. Una vez conse§uido el puesto me van a tener que ver fodos los días, por lo que no tengo que pretender engañar a nadie y sobre todo a mi mísma. He de resultar auténtica y sin artificios. Tienen derecho a conocer a la persona con la que van a compartir numerosds fioras de sus vidas, una
misma empresa y unos fines comunes.

Es ahon cuando puedo comenzar a escribir mi futuro, ese por et que nadie hasta ahara se inferesa y para eso debo de encantrar mi equítibrio, esfar  contenta conmigo misma y sentirme realizada dentro de mí propia piet. voy a buscar algo cómodo que ponerme, a frn de cuentas puede que hoy se convierta en mi primer dla de trabajo.

Escritor: Yolanda García Fonte