La intención de escribir un texto, no es otra que la de comunicar. En otras palabras, se escribe para otros. La importancia de una buena la redacción –vista como la construcción adecuada de textos-, se hace patente en la inteligibilidad de la intención de quien escribe. La imposibilidad de comunicar una idea, la eficacia de su transmisión, determinará su imposibilidad para venderla, de hacerla útil para otros.
Muchos trabajos -sin importar que tan expertos podamos ser en algún tema-, son rechazados o subestimados por carecer de una buena redacción; ausencia de una expresión adecuada, de orden y de lógica en la articulación de las ideas. A pesar de que para muchos la redacción pueda resultar una tarea tediosa, no es necesario ser un gran escritor para alcanzar un nivel de escritura adecuado y comprensible mínimo al que debe aspirar todo aquel cuya actividad intelectual comprometa la escritura.
Para facilitar el trabajo de escribir, las normas APA establecen un decálogo de reglas elementales que te serán de utilidad a la hora de expresar una idea, exponer los resultados de una investigación o simplemente realizar una monografía.
- La amplitud del texto.
¿Cuánto es mucho o poco texto? ¿Cuándo nuestras ideas son repetitivas o redundantes y cuándo nos quedamos cortos al expresarlas? Son preguntas frecuentes que acuden a nuestra mente al momento de elaborar un texto. Por regla general, las normas APA postulan que –a la hora de comunicar-, menos es más. Esto nos obliga a sintetizar la información, esforzarnos en hacerla más clara y concisa. A diferencia de los estilos de escritura creativa en los cuales puede prevalecer un criterio estético, las normas APA se inclinan al laconismo. Entre las recomendaciones generales, se aconseja utilizar la voz activa en función de la economía de palabras.
- Articulación de las ideas.
Para lograr la coherencia en el texto, se deben hilvanar bien las ideas. En algunos textos se comienza presentando la idea principal, para seguidamente pasar a complementarla, en tanto que se puede presentar la idea principal a partir de un exordio de ideas secundarias previas. Las normas APA, utilizan el presente perfecto como tiempo gramatical. El carácter impersonal del presente perfecto es una expresión de las pretensiones de objetividad de todo texto científico o investigativo. De igual manera, el uso de conectores gramaticales será útil para articular las oraciones.
A continuación te presentaremos algunos conectores gramaticales que te ayudarán con la redacción. Te recordamos no abusar del uso de los mismos en aras de simplificar al máximo la comunicación.
- De causa-efecto: como resultado de, por consiguiente, en consecuencia, por tanto.
- De adición: además, asimismo, aunado, en efecto, adicionalmente, bajo la misma línea de argumentos.
- De tiempo: luego, seguidamente, antes bien, antes, mientras, desde, a continuación.
- De contraste: no obstante, sin embargo, por el contrario, en contraste, contrariamente, a pesar de, pero.
- De condición: si, de lo contrario, con la condición de que, incluso si, a menos que.
- Conector de ilustración: es decir, por ejemplo, para ilustrar esto.