Gestionar proyectos es en la actualidad una decisión de carrera. Pero más allá de una opción más en la vida laboral, es una forma de vida. Y es que los proyectos no solamente surgen en la vida laboral; si nos ponemos a pensar a fondo en ello, los proyectos más importantes son los proyectos de vida y todos nosotros tenemos uno o varios de ellos, en proceso o apenas planes para realizar. Lo que pocas veces nos detenemos a reflexionar es que éstos proyectos también pueden ser gestionados valiéndonos de las herramientas y mejores prácticas en gestión de proyectos. En las siguientes líneas hablaremos un poco de esto.
De los proyectos más comunes y cotidiano en el plano personal –aunque de corta duración– en definitiva son las vacaciones. Normalmente planeamos vacaciones a lo sumo con algunos meses de anticipación, por lo que los métodos ágiles resultan muy convenientes en éste emprendimiento. Además y en particular, en éste proyecto, resulta de vital importancia no dejar de lado a todos los interesados: la familia, los jefes de quienes trabajan, el agente de viajes y los maestros de escuela son los típicos interesados que considerar. Manejar sus intereses resulta la mejor forma de lograr el éxito de éste proyecto, y plantearse estrategias adecuadas no deja de ser de gran valor para cumplir los objetivos que normalmente giran en torno a la convivencia, descanso y diversión.
Otro proyecto cotidiano es la remodelación del hogar. Aquí resultan mucho más evidentes las herramientas que se pueden utilizar, aunque muchas veces nos olvidamos de ellas. La planeación en éste tipo de proyectos es vital. Definir el alcance de la remodelación es en éste proyecto una de las cosas más importantes, seguido de la planeación de tiempo y costo en las cuales no deben de dejarse de lado la gestión de riesgos y provisiones respectivas en la planeación. El no realizar éstas previsiones puede resultar en un proyecto inconcluso o con un desbordamiento de recursos que puede llegar a obligar a la interrupción del proyecto y un severo daño en las relaciones con los interesados, en particular la pareja del líder de proyecto.
La organización de una fiesta –desde un cumpleaños, hasta una boda, bautizo o aniversario– es otro tipo de proyecto que en la vida cotidiana puede valerse de las herramientas de gestión de proyectos. También hay proyectos a nivel más personal, como puede ser la realización de una meta personal, por ejemplo, estudiar una carrera, una maestría, un diplomado; aprender una nueva habilidad como una manualidad, cocinar u otro idioma; realizar un viaje personal; formar una familia; educar a una mascota; prácticamente cualquier proyecto personal pudiera ser gestionado valiéndose de las herramientas de gestión de proyectos.
En conclusión, la gestión de proyectos resulta más que una valiosa herramienta laboral. En un espectro más amplio puede resultar útil para prácticamente cualquier cosa que emprendamos incluso en el plano personal. No deja de ser importante aplicar los conocimientos en gestión de proyectos también en éste ámbito para lograr los mejores resultados.