Una de las expresiones más importantes de Antonio Machado en el plano metafísico se encuentra en el Cancionero Apócrifo en Campos de Castilla, en Profesión de fe, que es el quinto de una serie de poemas titulada Parábolas.
El poema sexto de esta serie, El Dios que todos llevamos sirve como una especie de apéndice a las ideas contenidas en Profesión de fe. Aunque ambos poemas son mencionados a menudo por aquellos que están interesados en Machado desde un punto de vista religioso, tal vez porque contienen varios pasajes que sondifícil de interpretar, ninguno de los críticos que he consultado ha realizado un estudio exhaustivo de un poema. También he encontrado que existe un desacuerdo considerable con respecto a lo que Machado estaba tratando de decir. A pesar del título Profesión de fe, la mayoría de los que han comentado estos poemas, muestran al poeta con una falta de fe religiosa.
Desde el centenario de su nacimiento en 1975, el número de libros y artículos dedicados al estudio del trabajo de Machado ha sido realmente increíble. A pesar de su enorme popularidad y el hecho de que su obra ha sido objeto de muchos excelente crítico estudios, me siento a la vez frustrado y perplejo por el malentendido frecuente de sus religiosos y el pensamiento filosófico.
Una gran mayoría de los que han estudiado su obra llegaron a la conclusión de que él es un ateo, agnóstico o por lo menos una persona que no cree en un ser supremo, ni en la vida después de la muerte. Aparte de la dificultad que tienen muchos críticos en la separación de sus propias creencias de las del escritor al que están estudiando, creo que hay dos principales causas de la falta de comprensión del pensamiento de Machado. La primera es que dado que Machado no era un católico que cree en el dogma oficial de la Iglesia establecida, muchos escritores han interpretado su falta de creencia ortodoxa como un rechazo de todos los religiosos.
La segunda es que Machado era un panteísta que creía en la unidad esencial de Dios y el universo, aunque algunos críticos han reconocido este hecho, muchos no han tenido en cuenta cuando intentan comprender sus escritos metafísicos. No es mi intención aquí hacer un estudio detallado del Machado panteista, pero antes de examinar su Profesión de fe, será útil resumir brevemente su pensamiento. Cuando el filósofo apócrifo Juan de Mairena discute un concepto panteísta de la realidad, afirma que la metafísica lo era en sumo grado.
Como Machado dice: Dios no es el Creador del mundo, sino el Ser Absoluto, Unico real, Más allá del Cual Nada es (OPP, 349-50). Desde Machado nació un ambiente conservador del catolicismo español, uno podría preguntarse cómo y cuando entró en contacto con estas ideas poco ortodoxas. En 1883, poco después de que su familia trasladaran su residencia de Sevilla a Madrid, Machado comenzó a estudiar en la Institución Libre de Enseñanza, donde entró en contacto con las ideas de la Filósofo alemán Karl Christian Friedrich Krause.
|Krause era un tipo de panteísta, que él llamó el panenteísmo, y en la única traducción en español de sus escritos, también se refiere a Dios como el Ser Absoluto. Como pensamiento panteísta tradicional, Krause enseña que todo lo que existe y vive esta en Dios. Fuera del cual nada es ni tiene realidad.
Profesión de fe apareció por primera vez en 1912, en la primera edición de Campos de Castilla:
Dios no es el mar, está en el mar; riela
como luna en el agua, o aparece
como una blanca vela;
en el mar se despierta o se adormece.
Creó la mar, y nace
de la mar cual la nube y la tormenta;
es el Criador y la criatura lo hace;
su aliento es alma, y por el alma alienta.
Yo he de hacerte, mi Dios, cual tú me hiciste
y para darte el alma que me diste
en mí te he de crear. Que el puro río
de caridad, que fluye eternamente,
fluya en mi corazón. ¡Seca, Dios mío,
de una fe sin amor la turbia fuente! (CXXXVII, v, OPP, 226-27).
Como el poema comienza, Machado hace una distinción entre Dios y el mar. En muchos poemas de este período, el mar es un símbolo de lo desconocido, el velo que oscurece nuestro conocimiento de la realidad última, como en las palabras de Proverbios y cantares. En otras ocasiones, el mar también representa la totalidad del ser manifestado, como en los poemas donde el poeta compara su vida a una caída de agua en el mar (gota / de mar, en la mar inmesa (XVIII, OPP, 77), y (Gota / mar de en el Mar Inmenso (CXXXVI, xlv, OOP, 222).
En Profesión de fe nos encontramos con que la imagen del mar puede interpretarse en ambos sentidos. Cuando Machado dice que Dios no es el mar, pero está más bien en el mar, se está refiriendo al concepto panteísta de que, mientras Dios, ser infinito no se limita al universo manifestado. Él está presente en todo lo que existe como fundamento de su ser. Puesto que Dios es más de lo que existe, sino que también puede ser que el mar del universo manifestado representa lo desconocido que vela u oculta la realidad última que es su fuente. (La idea de que la existencia física sirve para ocultar la realidad última es similar al concepto oriental de maya, con la que Machado era bastante familiar.)
Dios no es lo desconocido, ni es su ser limitado al universo manifestado. Sin embargo, todavía puede experimentar su presencia (intuición), como reflejo de la realidad última. Como luna en el agua, o como una luz distante de la pureza, como una vela blanca. Como la totalidad de todo es decir, Dios tiene dos modos de ser: el ser puro no manifestado que está latente o inactivo y el ser que se ha manifestado o actualizado, se despierta.
Autor: Wang Jung
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