Hasta principios de los años 70 la conversación no llama la atención de los antropólogos como ámbito de estudio, a pesar de la importancia que tenía como fuente de conocimiento de las prácticas culturales y la organización social de una comunidad. Sus relaciones con el lenguaje se fijaban más en las palabras o las proposiciones (pe sobre parentesco) o en los mitos o leyendas que se relataban de un individuo a otro, muchas veces el mismo etnógrafo.
Sin embargo, para Roulet (citado por Kerbrat-Orecchioni, 1990: 57), el interés de los antropólogos en la necesidad de estudiar el uso del lenguaje en su contexto de situación y de aproximar las investigaciones lingüísticas en las búsquedas antropológicas, etnográficas y sociológicas está presente en la obra de Boas, de Sapir, de Malinowski, de Firth y de Hymes.
Boas (1911) ya planteó el carácter inconsciente de los procesos lingüísticos y la necesidad de conocer y compartir la vida de los pueblos para conocer de verdad una lengua. Con ello se establecía el papel central de la observación participante y la importancia del uso espontáneo de la lengua en los estudios lingüísticos en ámbitos culturales concretos.
Sapir hace hincapié en el estudio del comportamiento de los individuos en situaciones de interacción, ya que como dice: «The real word ‘is to a larger extent unconsciously built up on the language hábitos of the group» (1929: 162 ). Este autor observó el significado cultural de la elección lingüística cuando el hablante tiene más de una posibilidad. También explicó los cambios lingüísticos como consecuencia del contacto histórico y cultural de los pueblos y se interesó en la influencia de las dinámicas culturales en la configuración del lenguaje.
Por otra parte, Duranti (1997: 293 hasta 295) destaca la importancia que tenía para Malinowski el conocimiento de la lengua de los pueblos objeto de estudio del antropólogo como un elemento básico para «captar el punto de vista del nativo, su visión del mundo «. Sin embargo, en el desarrollo de sus investigaciones comprueba que la traducción literal de las expresiones lingüísticas no nos permite entrever el sentido en que el hablante las usaba. Para Malinowski, un oyente, que suponemos familiarizado con el lenguaje, pero no con la cultura de los nativos, que quisiera comprender el sentido de un enunciado primero debería informarse sobre la situación en que fueron pronunciadas estas palabras (1923 : 315).
Este concepto pone de manifiesto la importancia que para Malinowski tiene la situación en que se emiten las palabras para la comprensión de su verdadero sentido. De hecho, para este autor, «en la realidad de una lengua hablado viviente, la Expresión No tiene significación, excepto en el contexto de situación» (1923: 322). Esta teoría la desarrolla en el segundo volumen de Coral Gardens and Their Magic (1935). Para Malinowski (1923), la lengua tiene un papel fundamental en el desarrollo pragmático de la cultura humana, y en esta obra supera la división planteada en The Problem of de Meaning in Primitive Languages (1923) entre lenguas «primitivas», que servían para hacer cosas, y las lenguas civilizadas, destinadas básicamente a transmitir pensamientos y plantea que el uso pragmático de enunciados es propio de cualquier lengua.
Autor: Carles Bertran y Bruguera, ANÁLISIS DE LAS PRÁCTICAS COMUNICATIVAS QUE SE ESTABLECEN EN UNA OFICINA SINDICAL DE ATENCIÓN A TRABAJADORES EXTRANJEROS