El ser humano se encuentra inmerso en una dimensión socio cultural muy amplia, en la cual aprende a desarrollarse como un ser integral con valiosas capacidades, las cuales se potencializan paulatinamente a medida que se lleve a cabo una sensibilización con su mundo y su realidad interna y externa, de manera subjetiva y objetiva, teniendo presentes aspectos holísticos de su entorno inmediato y que lo transporten de la inmanencia a la trascendencia. Es precisamente lo trascendente aquello que hace de los humanos diferentes a otras especies por la simple capacidad de crear y transformar su entorno.
En consecuencia, a esa capacidad creadora, el ser humano se educa y se forma en unos lineamientos que le permiten desarrollarse integralmente. Una de esas áreas tan importantes pero, en ocasiones, tan poco valoradas resulta ser el de la educación artística, que constituye un referente sociocultural en el cual se hace posible el desarrollo de esas capacidades innatas en el ser humano, pero que al dejarse de lado las diferentes experiencias que se van evidenciando en el recorrido por las practicas escolares, van perdiendo la importancia.
Una de las principales dificultades, que se han encontrado en las instituciones educativas, es el poco interés de los diferentes estamentos hacia el área de Educación Artística; por ello se realiza un trabajo desarticulado y no muy acertado en el área. Son muchos, los actantes que en materia de educación desconocen la importancia de la artística para el desarrollo de personalidades integradas y de comunidades democráticas; en algunos casos ni siquiera se reconoce el área como indispensable y obligatoria en el currículo y por consiguiente en el plan de estudios.
Con algunas excepciones importantes, en los espacios de educación formal los logros no son el resultado de dedicar el tiempo necesario para concertarlos, ni de contar con los espacios y materiales adecuados o con programas de actualización para los docentes o del apoyo a propuestas elaboradas en equipo o de la exploración de métodos que motiven la investigación para el mejoramiento de la calidad de la educación; son muy pocos los centros educativos oficiales y privados que cuentan con salones adecuados, instrumentos y herramientas de trabajo; hay escasez de recursos económicos y poca calidad en los materiales, además faltan criterios para coordinar su asignación, administración, y necesidades detectadas en los diagnósticos de los proyectos educativos.
La escuela cumple un papel importante en el desarrollo de las habilidades artísticas relacionadas con el uso de códigos simbólicos humanos como son: lenguajes, gestualidad, pintura, noción musical y con el cultivo de capacidades para emplear la metáfora, la ironía y otras formas de leer y escribir, propios de los diversos lenguajes de las artes. Es importante reevaluar aquí el trabajo mancomunado que debe existir en las instituciones, para poder diseñar estrategias que tiendan a desarrollar las competencias básicas en los estudiantes, apoyados en las diferentes disciplinas del saber, pero tomando como referente importante la educación artística, pues es finalmente allí en donde el estudiante va a desarrollar su movimiento, sus habilidades, expresar lo que le gusta, dar armonía a su cuerpo, entender cada una de las expresiones que le hacen un ser creativo y dinámico ya que finalmente van a apoyarse en todo ese mundo cognitivo que le brindamos en la escuela a través de las demás áreas.
El hombre necesita desarrollar unas competencias básicas que se refieren a la forma en que cualquier persona utiliza todas las destrezas, habilidades, actitudes, conocimientos y experiencias para que actúe de manera activa y con responsabilidad en su vida y en la sociedad. De ahí que, desde el arte se evidencia la capacidad profundamente humana de conmoverse, sentir, expresar, valorar y transformar las propias percepciones con respecto a sí mismo y a nuestro entorno, de una manera integrada y armónica.
Concretamete, es ayudarlos a crecer integralmente y todos estos conocimientos se deben tener en cuenta si se quiere formar personas que se constituyan en ciudadanos fundamentados en la educación integral y que sean competentes al reto que el mundo les exige.
Karen Liceth Montero Fuentes.