Detrás del telón se preparan los majestuosos del teatro, los asistentes llenan el lugar y con más de 40 años de existencia, la Corporación Colombiana de Teatro re dirige sus candilejas a la población vulnerable de la periferia, brindando la oportunidad de expresión y libertad cultural que, no en todos los escenarios se fomenta. Para Marcela Carvajal, asistente del Festival: la combinación de risas, luces y movimientos hacen del escenario, el lugar propicio para la diversión y la libertad de toda expresión.
La genialidad de los teatreros por hacer reír y divertir a las personas con sus múltiples talentos es insuperable, llevo muchos años viniendo a teatro y no me canso de ver las innovaciones de la casa. La casa de Teatro Alternativo, trabaja con niñas, niños, jóvenes y mujeres en condición de desplazamiento o víctimas del éxodo interno y con todas aquellas personas que de una u otra manera sientan la discriminación social, y por supuesto racial. El teatro nacional representa en el país, la necesidad de promover y promulgar el sentimiento propio de la exageración de gestos y la exclamación continua de ademanes. Soliloquios retumban las paredes del Saki Sano, mientras se llenan cada uno de los escenarios dispuestos para este festival.
En la improvisada antesala que funciona entre bastidores, los dramaturgos preparan su interpretación: los colores de sus vestiduras son demarcados y delineados por los reflectores del lugar, la gente expectante espera algún sonido o movimiento alterado del teatrero que, sin lugar a dudas, supera aquellas expectativas. El salón está a reventar, la algarabía de los asistentes se confunde con el improvisado sonido de los tambores y la música en digital que a más de uno cautiva. Daniel Sáenz. Dramaturgo, bohemio y comediógrafo también, recuerda cuando hace unos años, empezó su carrera; “Con algunos tropiezos me levanté, con dolor seguí caminando y ahora míreme, estoy saltando”
Los reflectores del escenario no siempre estarán prendidos, las experiencias que adquirí siendo teatrero fue en la calle, con el majestuoso público que siempre estará allí para aplaudir… Esas valiosas palmas, que recrean en cada uno de nosotros un varietés hasta llegar a un dramático fin. Durante la época de colonización española, entre el año 1560 y 1820 el teatro llegó a Colombia. En 1830 se instaló en el “Coliseo” con un repertorio de obras neoclásicas y costumbristas de dramaturgos españoles, luego del surgir de muchos autores y dramaturgos románticos nacionales, se inauguró el Teatro Colón en Bogotá con el drama Miguel de Cervantes.
Yo soy estudiante de publicidad en las noches y en las mañanas estudio teatro, voy caminando por ahí pensando en voz alta y se convierte en narraciones orales que la gente escucha, les gusta y yo continuo. – Dice Daniel exagerando los gestos en su rostro- Mi vida gira en torno a la poesía y la vida irreal pero legalmente realista que construyo y a la información desinformada que recibo sin preámbulos.
Luego, en el siglo XX, con ayuda de los diferentes medios de comunicación, el interés por el teatro se extendería en las diferentes ciudades de Colombia. Seki Sano. Vestido de colores llamativos, luces refulgentes y sonidos apotropaícos, recrean las historias narradas por los cuerpos dicientes y personajes mágicos que envuelven la alfombra roja del lugar. Los espectadores, llevados por la emoción y la curiosidad, observan cada uno de los detalles dispuestos para ello.
La Corporación Colombiana de Teatro, es una entidad sin ánimo de lucro que de una u otra manera anda en busca del apoyo económico para el sostenimiento propio; debido a la necesidad creciente en la sociedad de encontrar el espacio y la oportunidad para la exteriorización de sentimientos. La boletería oscila entre ocho mil y doce mil pesos, una tarifa económica comparándola con el gran Festival Iberoamericano de Teatro, dirigido y producido por la extinta Fanny Mikey hasta el 2008, y que hoy, sigue su rumbo y sus objetivos.
Y se armó Troya, es la obra que Alejandro Manrique junto con sus amigos, vinieron a ver por segunda vez este año. La caracterización de los personajes y el contexto de la escena, da pie a pensar que el amor está directamente ligado con la realidad política, religiosa y socio-cultural del mundo. Entre poderes y saberes las personas identificamos el peligro de la inmortalidad dentro de la experticia del ser humano. La obra básicamente, y, por lo que entiendo, nos da un “fresquito” al pensar que nunca es bueno durar para siempre, ni mucho menos optar por el odio como un amuleto de la buena suerte.
Son pasadas las nueve de la noche y el público poco a poco va desalojando las instalaciones del Seki Sano; hablan entre si y comentan la maravilla del espectáculo: los excesivos colores de los focos y, por supuesto, el acto teatrero del mismo evento, las expresiones de los niños y los adultos. Un hombre con un atuendo extrovertido, cabellos negros a media espalda, botas punta acero de cuero y una voz particular, saca de su maleta verde-gris una butaca, se sube en ella y gritando a todo pulmón dice:
Damas y caballeros. La cita es mañana en el Parque de la Independencia. Invitamos a los aquí presentes a que nos acompañen con su grata figura a la narración oral con ¡El Semáforo! que se llevará a cabo a las 3 de la tarde, la entrada es totalmente gratuita. Puede usted llevar su buena energía y disposición.Por hoy la exposición ha terminado y, una vez más, la antesala del Seki Sano es acompañada por la soledad hasta su próxima función.
Autor: Lorena Pardo Martínez