La televisión es un medio que se abrió campo gracias a muchos empíricos que reinventaron la forma de producir en Colombia. Con el tiempo, algunos quisieron darle un sentido más profesional al medio y optaron por estudiar en el extranjero. Cuando hubo suficientes personas con conocimientos académicos en medios audiovisuales, se vio la necesidad de crear carreras universitarias donde los jóvenes pudieran formarse para trabajar en los medios.
Pero en la actualidad, si hacemos un censo sobre las personas que trabajan en el medio, nos encontramos aun con muchos empíricos y con muchos profesionales desempeñándose en la rama equivocada. Muchos comunicadores sociales y periodistas que se dedican a producir o hacen realización de televisión, muchos productores haciendo cámara, y muchos técnicos sin la formación suficiente. Esto solo genera un producto final con muchas deficiencias.
Hacer televisión no se trata solo de coger una cámara y poner a grabar, pero comprender esto significa entender que cada quien se forma en un área específica, se debe desempeñar en ese campo, y rodearse de un equipo de trabajo igualmente capacitado. El productor de televisión es quien permite que el equipo tenga todo lo que necesita para trabajar, desde la locación, la cámara y los personajes, hasta la alimentación y el transporte. El productor garantiza que el trabajo sea eficiente, eficaz y oportuno.
Si es un productor ejecutivo, debe encargarse de que el presupuesto alcance para todo lo que la producción necesite, incluyendo los imprevistos. Si es un productor de campo, debe estar al tanto de los planes de rodaje, la puntualidad, el personal, el equipo, la locación. Si es asistente de producción, tiene la responsabilidad de facilitar cualquier proceso, desde abastecer a los camarógrafos de cintas, hasta brindarle hidratación al personal y supervisar la entrega de refrigerios, almuerzos y subsidios de transporte.
Esto se traduce en que no cualquiera puede ser productor, y más allá de ser una persona honesta, organizada, meticulosa y responsable, debe manejar muy bien el producto a realizar. Saber de cámaras, luces, planos, requerimientos, planes de grabación, planes de edición, presupuestos, y además tener don de gente, buenos contactos, capacidad de negociación y empatía.
No cualquiera es el productor idóneo para un producto. De esa idoneidad depende no solo la eficiencia de su trabajo, sino la eficacia del equipo en general. Cada producto tiene necesidades diferentes, y cada productor tiene habilidades distintas. La capacidad de encontrar la línea de trabajo indicada asegura el éxito del producto final, porque cada quien dará lo mejor de sí y pondrá a prueba todo lo que sabe en beneficio del producto.
También depende del proyecto. Hay productos que requieren más esfuerzo de producción que otros. Las novelas por ejemplo, tienen jornadas laborales muy extensas. Se sabe la hora del llamado pero no la hora del “fuera del aire”, y son producciones en las que se maneja una gran cantidad de personal y equipo técnico, aspecto que es directamente proporcional a responsabilidades como la alimentación, el transporte y el tiempo de rodaje.
Los realities son proyectos que están produciendo material incluso 24 horas al día, para lo cual se deben hacer turnos de trabajo, pero son proyectos que no requieren más de 3 meses de realización. En cambio, programas como los magazines, aunque requieren un gran trabajo a nivel de búsqueda de invitados y contenido, no implican un esfuerzo considerable a nivel de producción, ya que los presupuestos son más o menos estables, los requerimientos por lo general son los mismos, y el personal nunca cambia. Esto hace que la labor del productor sea más de supervisión sobre la ejecución del programa.
Una persona puede tener las cualidades de un buen productor, pero cada quien tiene su fuerte de desempeño. Un comunicador social puede tener grandes habilidades organizacionales, o un periodista la facilidad para comunicarse con los clientes, el personal y los proveedores. Pero un productor de televisión debe encontrar el equilibrio entre la planeación, la comunicación y la ejecución.
Escritor: Karla Susana Vega Peralta
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