LEER SE APRENDE… LEYENDO. ESCRIBIR SE APRENDE… ESCRIBIENDO

En nuestros días donde los ritmos se han acelerado, pareciera que ya no es suficiente ser competente, la competencia ha sido reemplazada por la competitividad lo que ha generado una angustia y afán entre padres, madres, educadores infantiles, centros de atención a la primera infancia, jardines infantiles y colegios. Desde mi quehacer pedagógico quiero compartir con ustedes algunas premisas que considero muy útiles al respecto.

Los procesos de desarrollo de los niños y niñas se van dando, tanto en cuanto éstos tienen a su alcance experiencias que los provoquen, fortalezcan y confronten: Así como un bebé que no cuenta con espacios adecuados para el gateo y marcha en bipedestación, tardará más en caminar; así mismo un niño, niña que no cuente con un ambiente lector y escritor en su casa y/o aula, tardará y presentará algunas dificultades en el proceso de construcción de sus procesos lectores y escritores. Entonces, lo primero es permitirle acercarse a la lectura y escritura en su fin primordial: COMUNICARSE.

Es primordial entonces que se le suministre materiales diversos y llamativos en texturas, colores; con el tamaño y grosor adecuado a su capacidad de manipulación y trazado, con las cuales expresar sus
sentires y pensares sobre algún suceso, motivo social y/o familiar.

Dirigido a alguien real ya que para que la comunicación se de requiere de interlocución, el niño(a) debe obtener respuesta por escrito a esa carta o tarjeta .Emilia Ferreiro y Anna Teberoski nos aportan claves en este proceso, al inicio serán solo dibujos, que el padre, madre y/o adulto cuidador, maestra(o) indagará sobre su significado, qué quieres decir con esto? A la vez que el niño(a) lo diga se escribirá textualmente; cuando reciba su respuesta deberán leérsela para que se de el proceso comunicativo.

Luego van apareciendo garabatos, que en algunos casos comienzan a parecerse a letras de nuestro alfabeto convencional, el procedimiento sigue siendo el mismo, con el tiempo se da la comparación y los garabatos pasan a ser pseudoletras y de estas por confrontación aparece la curiosidad y/o deseo de escribir como los grandes. A este punto Negret hace una sugerencia muy válida y es
construir junto con el niño(a) un tablero alfabético imágenes de objetos que el niño(a) escoja con cada letra del alfabeto, así va asociando y construyendo su escritura y lectura de manera natural, dentro de contextos reales y significativos. Del mismo modo se aplica para realizar un actividad que generalmente les gusta muchísimo: ir a hacer las compras al supermercado. El niño(a) deberá escribir la lista de los víveres y cosas necesarias, ya en el súper las leerá y tachará a medida que se van poniendo en el carrito.

Lo mismo aplica para planear distintas actividades motivantes, por ejemplo celebraciones, días de campo, salidas a sitios específicos.Otra actividad que ocupa lugares preferentes en sus afectos es que mamá y/o papá les lean un cuento y en el jardín infantil igual, nada más genial que la hora del cuento. Para ello se debe escoger un ambiente cálido, cómodo, que permita al niño(a) ver como vas leyendo, algunos sugieren que se debe ir subrayando con el índice el reglón que se está leyendo, esto facilita en gran medida la asociación, el proceso de decodificación, pero sobre todo de comprensión que se enriquecerá con preguntas al respecto del contenido de la historia.

Por último cabe decir una vez más, la lectura y escritura no tienen como fin hacer planas o tener bonita caligrafía, lo primordial es la comunicación, que permite la participación y el éxito en los ámbitos escolares, universitarios y adultos.

Clara Mercedes Quevedo Vega

Licenciada en Educación Preescolar