De todas las épocas en las que se divide la historia de la literatura, hay una en especial que llama la atención por su grandeza: la literatura renacentista; ya que además de ser fascinante dejó un aporte invaluable en las artes por la exquisitez de sus obras y la magnificencia de sus autores.
El Renacimiento tuvo lugar en Europa (s. XV y XVI), originándose en Italia como un movimiento cultural que buscó recuperar el legado artístico dejado por los griegos y los romanos durante la época clásica, así como restablecer los valores de la cultura grecolatina. Inspirado por su principal motor; el humanismo, el Renacimiento no solo influyó en las artes sino también en las ciencias, tanto naturales como humanas, lo que produjo una renovación en la visión del hombre y del mundo.
Uno de los principales medios utilizados por los renacentistas para difundir sus ideas fue la imprenta (inventada hacia 1450), herramienta que le sirvió como vehículo de transmisión del conocimiento para hacer posible su expansión y afianzamiento en todo el mundo.
Ya establecido, este movimiento permitió una nueva forma de ver el mundo y al ser humano a partir de sus nuevos enfoques en los campos de las artes, las ciencias y hasta de la política con lo cual se fue dejando atrás el paradigma teocentrista, característico de la Edad Media, para darle la bienvenida al antropocentrismo como nueva forma de pensamiento. Por lo anterior, podría decirse que con el Renacimiento surgieron los primeros conceptos del pensamiento moderno.
A través del humanismo (doctrina ideológica y filosófica) los autores pudieron expresar en sus obras el pensamiento renacentista, orientado hacia los temas que afectan al hombre en todas sus dimensiones como ser humano, su vida, su entorno, y en especial como un ser sensible al que en ocasiones lo vencen sus sentimientos y emociones. Los escritores del Renacimiento desarrollaron el tema del amor como un sentimiento puro e idealizado, por lo que sus obras lo denotaron como algo platónico y generalmente insatisfecho. Otro de sus temas principales de inspiración fue la naturaleza, catalogada como fuente de la belleza absoluta en la cual se encontraban armónicamente conjugadas la paz y la sabiduría de la vida. Además de estos, otros temas como la espiritualidad, el misticismo y la muerte fueron ampliamente tratados en la producción literaria renacentista.
Los géneros literarios más destacados durante el Renacimiento fueron el lírico (poesía) y el narrativo (novela), aunque en el dramático (teatro) se obtuvieron también muy buenas obras para referenciar. En la lírica, el antropocentrismo renacentista elevó las bajas pasiones humanas como tema poético buscando expresarlo en todas sus manifestaciones (maldad, tristeza, dolor, sufrimiento, rencor, ira, celos, desengaño, etc.). En la narrativa se buscó conciliar lo real con lo inverosímil mediante extraordinarios relatos cargados de heroísmo y grandes hazañas; se afianzaron las novelas de caballerías surgidas en la literatura medieval, pero al caballero heroico de los relatos medievales se sumaron el caballero cristiano en lucha contra los infieles en Constantinopla, y más tarde, el caballero aventurero por lo que las novelas renacentistas fueron obras cargadas de una imaginación desbordante. Por último, pero no menos importante, en la dramática, el teatro renacentista se desarrolló con un marcado interés por el mundo intelectual del hombre de la época, enfocándose principalmente en representar su pensamiento con respecto a la naturaleza, la vida, la muerte, los sentimientos, etc.
Sobre los autores del Renacimiento y sus obras más importantes cabe destacar, entre otros, a: Francesco Petrarca (Italia), poeta, quien con su obra cumbre “El Cancionero” creó una nueva forma de expresión que se cultivó en Europa durante varios siglos. William Shakespeare (Inglaterra), brillante dramaturgo, quien por su obra cumbre “Romeo y Julieta” es considerado el más importante escritor de la lengua inglesa de todos los tiempos. Pierre de Rosard (Francia), quien por su obra cumbre “Los Amores de Casandra” fue catalogado para la posteridad como el maestro de la poesía amorosa. Garcilaso de la Vega (España), poeta, con su obra cumbre “Las Obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega” por la que se le considera uno de los máximos exponentes del Siglo de Oro español. Y por último, Miguel de Cervantes Saavedra (España), novelista, una de las máximas figuras de la literatura española y universalmente conocido por haber escrito “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, su obra cumbre, a la cual muchos críticos literarios consideran como la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal.
Por: Juan Carlos González Rivera