Novalis fue el seudónimo utilizado por Georg Friedrich Philipp Freiherr von Hardenberg, quien fue un poeta alemán nacido el 2 de mayo de 1772 en Sajonia en el seno de una familia noble. Contra su voluntad estudió derecho en Jena, pero le interesaban sobremanera las clases de historia impartidas por Schiller y las de filosofía a cargo de Fichte. En 1791 se trasladó a Leipzig y es aquí donde conocería a Friedrich Schlegel, quien posteriormente ejercería gran influencia sobre su obra.
Un año después se trasladó a Wittenberg, lugar donde ejerció el derecho. En 1794 conoció a Sophie von Kühn, el gran amor de su vida, en 1795 se comprometieron formalmente. Lamentablemente, su joven amada falleció en mayo de 1797 a los 15 años de edad a causa de tuberculosis, este terrible hecho lo marcó profundamente. La muerte de Sophie dio vida a Novalis, el poeta. En 1799 llegó a convertirse en administrador de minas en Weissenfels. Colaboró también con Friedrich y August Schlegel en la revista Athenaeum, considerada una de las primeras manifestaciones del Romanticismo, corriente a la cual pertenece el autor.
Novalis fallece el 25 de marzo de 1801 en su casa paterna víctima de tuberculosis, la enfermedad romántica por excelencia. Novalis fue quien creó el símbolo de «la flor azul», símbolo encarnado en la poesía y el amor. La obra de Novalis no es extensa pero sí de gran valor. El primer poema que publicó fue Klagen eines Jünglings (1791), posteriormente publicó Hymnen an die Nacht (1797), Blumen (1798), Geistliche Lieder (1802), Die Lehrlinge zu Sais (1802) y Heinrich von Ofterdingen (1802), entre otros. El conjunto de su producción fue publicado tras su muerte por Friedrich Schlegel y L. Tieck
Corriente literaria Novalis perteneció al movimiento literario del Romanticismo y se le suele enmarcar dentro del primer Romanticismo (Frühromantik). El Romanticismo, más que un movimiento literario, fue también un movimiento filosófico y espiritual que abarcó todas las artes, es decir, la literatura, la pintura y la música. El Romanticismo surgió a fines del siglo XVIII y se extendió hasta aproximadamente fines de la tercera década del siglo XIX. Este movimiento significó el renacimiento del instinto, de la emoción para combatir el exacerbado racionalismo. Su principio básico fue la libertad de creación, se caracterizó principalmente por no seguir las reglas, por el interés que tiene en los sueños y sentimientos del pueblo, defendió la libertad del individuo. La naturaleza tuvo un rol importante para los autores de esta corriente.
Los románticos reivindicaron el carácter histórico de las producciones artísticas, buscaban volver al pasado; en Alemania se exaltó el espíritu de la nación, hubo gran interés por la literatura medieval, el folclore y las tradiciones populares. También se reivindicó la religión. En lo que se refiere al lenguaje, los románticos prefirieron el lenguaje poético, porque no es solo un medio de comunicación, sino que posee infinitas posibilidades de significados e interpretaciones, algo que no sucede con el lenguaje común.
Se puede decir que el Romanticismo es el movimiento de los contrastes por excelencia, ya que reúne la razón y la intuición, lo masculino y lo femenino, lo natural y lo fantástico. En Alemania, el primer círculo de poetas románticos se reunía en la ciudad de Jena a fines del siglo XVIII, en este círculo participaron los hermanos Friedrich y August Schlegel, Novalis, Tieck, entre otros. Este gran movimiento cultural supuso una ruptura con la tradición, con el orden anterior y con la jerarquía de valores culturales y sociales que hasta ese momento habían prevalecido. Otros temas que caracterizaron al Romanticismo son la locura, las apariciones, el incesto y los homicidios, considerados dentro del Schauerromantik, que es un subgénero del romanticismo, pero también fue uno de los elementos utilizados en las obras románticas.
Autor: Martha Vargas Bautista.