POLÍTICAS ANTIINMIGRACIÓN EN EL CONTEXTO ACTUAL EN EUROPA Y ESPAÑA – 2 parte –

En opinión de algunos las políticas migratorias deben tener en consideración el beneficio tanto del país de destino cómo el de origen. Es por ello que en algunos trabajos se recomienda que estas políticas sean temporales, como en el caso de los visados.

Lo ideal sería que el inmigrante contara con suficiente tiempo para integrarse dentro de la sociedad receptora. Sin embargo, de alguna manera se sugiere incentivar a que el inmigrante vuelva a integrarse en su sociedad de origen, enriqueciéndola con la mejora del capital humano que ha tenido durante el proceso de inmigración. No obstante, cabe señalar que la temporalidad tiene graves contradicciones con la integración del inmigrante en la sociedad española.

En relación a este aspecto es de destacar que la migración circular, definida como la alternancia de períodos de residencia entre el país de nacimiento y el de destino, no es muy frecuente entre los inmigrantes que habitan en España, lo cual revela el predominio de la estabilidad general en los asentamientos. Estos viajes de retorno temporal son poco frecuentes, fundamentalmente por la lejanía del país de origen, porque las estancias están limitadas a los períodos de vacaciones o porque la condición de irregularidad administrativa de quienes padecen esta situación es un obstáculo a una mayor movilidad, lo que impide el cruce de las fronteras (De Miguel et al., 2011). En la Gráfica 27(A) se presenta el porcentaje de estancias repetidas de los inmigrantes en España en sus países de origen y destaca cómo este es de solamente un 4,7%.

La Gráfica 27(B) muestra cómo se manifiesta este fenómeno de la migración circular en las diferentes regiones de origen de los inmigrantes de España. Es notable que los inmigrantes nacidos en los Estados Unidos, Canadá, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda presentan los porcentajes más elevados de estancias repetidas en el país de origen. Esto puede no ser un hecho fortuito si tenemos en consideración que esta sub-población en España está normalmente formada por profesionales de negocios, cuyo trabajo puede estimular este tipo de movilidad. Igualmente tienen un nivel económico alto, y  unido a la posibilidad de obtener los permisos necesarios, les resulta más fácil residir temporalmente en uno y otro destino.

Otro aspecto que no se debe dejar de mencionar en este análisis es el efecto negativo que provocan las políticas antiinmigración muy restrictivas para el retorno de los extranjeros a sus países de origen. El inmigrante que entra a un país ilegalmente y conoce que existen duras restricciones legales para volver a entrar en él, hace todo lo posible por quedarse en el país de destino. Por tanto, se considera que una política migratoria muy prohibitiva incentiva la inmigración ilegal. Precisamente es este tipo de inmigración la más rechazada por la sociedad pues es la que compite ilegalmente con los trabajadores nativos.  Una legislación laxa en cuanto a las exigencias a la inmigración legal, puede promover las emigraciones de retorno al país de origen, e incluso volver otra vez, en caso necesario, al país de destino. La existencia de políticas de contratación temporal con permisos de estancias largos pudiera resultar beneficiosa. Esto permitiría al extranjero un tiempo inicial de búsqueda de trabajo, aunque esto implique reducir los costos del sistema de bienestar hasta la obtención del primer empleo.

Esta introducción al tema de los flujos migratorios conduce a realizar el análisis de las políticas antiinmigración en España en el contexto actual.

En primer lugar, nos referiremos al grupo de los inmigrantes de origen africano, por ser este el grupo más vulnerable dentro de la sociedad española. Este grupo de extranjeros sólo pueden entrar a España con visado y en muchas ocasiones les resulta extremadamente difícil obtener la estancia de 90 días. Este visado es casi reservado para aquellas personas que demuestren tener importantes ingresos. Su única alternativa es atravesar la frontera de forma ilegal. La mayoría se arriesgan a desembarcar en las costas andaluzas o del archipiélago canario. Es necesario señalar que este tipo de viaje es muy peligroso y caro, suele costar alrededor de 1500 euros. Otro de los riesgos es el temor a ser descubiertos por la policía española ya que en este caso son devueltos a su país.

Específicamente los marroquíes suelen embarcar en las cercanías de Tanger y arribar a España entre las provincias de Almería y Cádiz. Los destinos pueden variar en relación a las medidas de seguridad vigentes en las costas españolas. En 2003 las costas de Cádiz eran las más utilizadas, mientras que en 2005 el mayor número de personas arribaron por las costas almerienses. El tránsito por el Estrecho, una de las vías más utilizadas a inicios de la década del 2000, ha disminuido considerablemente en los últimos años. Las estadísticas reflejan que en 2001 se alcanzó la cifra más elevada por esta ruta (14405 inmigrantes), mientras que en 2005 se redujo casi a la mitad: 7066.

Las estadísticas actualizadas del estatus de los inmigrantes en España cedidos por la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil y explotados por el Observatorio Permanente de la Inmigración, indican que los inmigrantes legales, o sea, los que poseen certificado de registro o tarjeta de residencia en vigor, ascendían a 4,8 millones hasta el 31 de diciembre de 2009. En la Tabla 11 muestra el número de inmigrantes por nación de origen que vivían en España hasta el 31 de diciembre de 2009.

Tabla 11: Total de inmigrantes legales según su origen en España. Datos del 31 de diciembre de 2009.

Puesto

País

Total inmigrantes

1

Marruecos

767.784

2

Rumania

751.688

3

Ecuador

440.304

4

Colombia

287.205

5

Reino Unido

222.039

6

China

151.547

7

Italia

150.667

8

Bulgaria

147.080

9

Portugal

126.928

10

Bolivia

117.106

11

Alemania

109.438

12

Argentina

103.171

13

República Dominicana

87.201

14

Polonia

86.314

TOTAL

 

4.791.232

FUENTE: INE

Estas cifras no consideran los trabajadores transfronterizos, los solicitantes de asilo, los apátridas, los que se encuentran en España en situación de estancia, y los que tenían caducada su documentación y estaban en trámites de renovarla. Según régimen de residencia, 2.562.032 inmigrantes (el 53,47% del total) están incluidos en el Régimen General y 2.229.200 (el 46,53%) al Régimen Comunitario, integrado los nacionales de países de la Unión Europea y sus familiares (López y Pérez, 2010).

Autor: Moises Bolekia