Actualmente, se observa la gran problemática de la falta de valores en muchas Instituciones Educativas, bien sea por la carencia de apoyo y orientación de los padres hacia sus hijos, evidenciándose la falta de normas y reglas que permiten regular la conducta con los que lo rodean, haciendo que en muchas situaciones cotidianas el grado de intolerancia, de violencia, agresión física y verbal se conviertan en un problema social.
Otro factor incidente, es el aislamiento de la misma sociedad, al mostrar su indiferencia, egoísmo e intolerancia, frente a aquellos que carecen de oportunidades, y que a su vez se ven enfrentados a diario en situaciones precarias. El rechazo emitido a ellos los conduce por un camino de antivalores, rigiendo el mal comportamiento de personas inmorales, deshonestas, irresponsables, egoístas e incapaces de surgir, de sentirse parte de una comunidad activa y productiva.
La formación de los estudiantes en valores es trascendental en las Instituciones Educativas, pues nosotros los docentes somos los encargados de brindar las pautas mínimas de su formación integral, encaminándolos a ser, cada vez mejores personas, más humanas con actitudes y comportamientos, dignos de su desarrollo y convivencia acordes a las necesidades exigidas por ella misma.
Además de esto, el entorno social en el que viven los estudiantes, juega un papel determinante, ya que puede influir bien sea negativa o positivamente. Una comunidad que no se encuentre acorde a las exigencias humanas, morales y éticas, muy difícilmente puede aportar los elementos necesarios para el buen desarrollo pacífico, armonioso, tolerante y lleno de paz que tanto requieren para el convivir ciudadano.
Antes de enunciar estrategias, para la educación en valores es importante señalar que es buen o que es malo. Tal como lo señala uno de los pensadores Nietzsche (1888) «¿Qué es bueno? Todo lo que acrecienta en el hombre el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder mismo. ¿Qué es malo? todo lo que proviene de la debilidad». Puedo inferir que el autor sostenía que lo bueno era el nivel más alto, como actualmente se ve o se escucha debido a que si haces lo bueno tendrás un gran poder de creencia en la religión y fortaleza en sus pensamientos. En cuanto a lo malo la debilidad, será el asentamiento más fuerte para definir su significado.
Una vez analizado detenidamente los factores negativos que afectan significativamente tal problemática es necesario proponer estrategias encaminadas a difundir, conservar y promulgar los valores que con el paso de los años se han perdido.
En primera instancia, el rol de la familia a temprana edad es fundamental, inculcar los valores para que éstos sean infundidos, ya que cada personita comenzará a determinar su forma de pensar, además, estos se forman en fundamentos tanto buenos o malos, determinando de esta manera su significación, al trabajarles y hacer efectivo el cumplimiento de normas, es hacer que ellos los introduzcan en sus hábitos y los vivencien en el momento de relacionarse y compartir con los de su alrededor.
Por otra parte, la escuela seguirá inculcándolos, trabajándolos, asignándoles deberes y derechos esenciales para su diario convivir, para que permanezcan. Tenerlos presentes, e involucrarlos permanentemente en todas las acciones para que así una vez, abandonen la aula, puedan enfrentarse dignamente con la sociedad.
Por lo que concierne al barrio es valioso velar, y dar ejemplo no solo quienes lo conforman sino todos los actores y entidades que puedan intervenir, siempre pensando en el mejoramiento, en la seguridad, en el cuidado y protección de sus integrantes y bienes. Con el valor del respeto hará de los del alrededor y de mi mejores personas, como se extrae de la oración «respétate a ti para que así te respeten los demás»
Y para concluir como estrategia vital de la sociedad es estimular, al que trabaja con pasión, valorando su esfuerzo y dedicación, él que lo hace sin esperar nada a cambio, y reconociendo a quienes cumplen con su deber y defienden sus principios y convicciones a pesar de las dificultades que esto les puede acarrear. Al ser solidario con el otro hace que no solo trabaje por mí mismo sino que piense y me coloque en el lugar del otro menos favorecido, y que ayude a salir o por lo menos hacer de su necesidad o problema sea menor, que no vacile ni por un segundo en ofrecer ayuda.
El continuar trabajando, por el bienestar de todos hará que se viva en un mundo mejor. No poseer la mentalidad de la desigualdad entre los pocos poseedores de riqueza y de los que lo tienen todo. Tal como lo destaca el planteamiento de Sócrates » ya que la justicia que está basada en las leyes debe ser siempre igual, para todos los seres humanos, pues así seas rico, pobre, o de color al igual debes pagar por no ser correcto».
Ser doliente de la mayoría de personas que tienen que pasar grandes trabajos para sobrevivir, hará que muchos de nosotros los docentes recaiga en exigencia el inculcar, conservar y promulgar valores, puesto que una vez se inicien en casa se continúa en la escuela, y quien mejor que nosotros para seguirlos trabajando arduamente, de lo contario la carencia de ellos y la falta de poseerlos hará que nuestro diario vivir sea inaguantable.
Escritor: PAOLA ANDREA CAMARGO
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