El embarazo es una de las etapas más increíbles y cautivadoras por las que una mujer puede experimentar en su vida, la existencia de múltiples cambios físicos y psicológicos en la futura madre acucia a médicos, parejas y familias enteras a mostrar un interés mucho más elevado en las transformaciones dadas al pasar una semana nueva en la gestación del feto.
Cada semana es importante y conlleva cierto grado de responsabilidad al momento de adquirir ciertos hábitos alimenticios o evitar sustancias perjudiciales para la madre o el niño en gestación. En este artículo, conoceremos un poco más sobre los cambios cruciales presentados a la tercera semana del embarazo y las medidas de prevención que la madre debe tomar en cuenta para tener un embarazo exitoso.
¿Qué sucede internamente durante esta semana de embarazo?
Durante la tercera semana del embarazo, se gesta el maravilloso proceso de la “fecundación”, dónde los 23 cromosomas de cada célula reproductiva (espermatozoide y embrión) se fusionan para crear el cigoto. Esta fusión, se logra después de que 300 de los 250 millones de espermatozoides iniciales, alcancen las trompas de Falopio y uno de ellos se una con el embrión para transmitir toda su carga genética.
Al igual que una olla en ebullición, al momento de fecundarse el óvulo este dará paso a un proceso de división celular donde el embrión primigenio pasará por tres fases: Cigoto, mórula y por último Blastocito, el cual se adherirá a las paredes del endometrio luego de que baje por las trompas de Falopio hasta el útero para empezar a formar la Placenta. La placenta será la capa protectora y proveedora de oxígeno y alimento al feto en desarrollo.
Cuando el espermatozoide fecunda al feto, el embrión activará la glándula pituitaria del cerebro para que esta produzca altos niveles de progesterona que asegurarán la supervivencia del feto y a su vez, desactivará el ciclo menstrual.
Como dato sorprendente, a las tres semanas del embarazo, los filamentos musculares que proveían de nutrientes al blastocito se transformarán en un corazón microscópico el cual surtirá de alimento por sí mismo a todo el embrión, hasta que se desarrolle un cerebro capaz de dar la orden para nutrir al feto.
¿Cuáles son los cambios externos que se observan?
A la tercera semana falta poco para que la mujer empiece a notar plenamente todos los síntomas del embarazo y tardará una semana más para comprobar si el período ha terminado gracias a los efectos de la hormona gonadotrofina coriónica humana, el cual es una de las señales más obvias para notar que se está embarazada.
Sin embargo, la mujer puede notar leves cambios en el organismo que indicarán si el proceso de fecundación se dio en buenos términos, en un principio se notará una pequeña hemorragia por la implantación del óvulo en el endometrio pero no se debe confundir con la llegada de la menstruación, pues el líquido será de textura más ligera y menos abundante.
Al mismo tiempo, la mujer experimentará mayor cansancio y una sensación inusitada de somnolencia, náuseas, irritabilidad, alteración del olfato frente algunos olores (hiperosmia), abundante salivación y cambios inesperados en el estado de ánimo. Aunque es pronto para que se empiecen a sentir más turgentes los senos, algunas embarazadas han testimoniado el crecimiento de estos a las tres semanas de gestación.
Consejos para el cuidado en la semana tres de embarazo.
Tal vez la adición de pocas semanas de embarazo, puede hacer pensar a la futura madre que un cuidado más intensivo de su cuerpo no es recomendable, pero desde el momento de la fecundación efectiva del óvulo es necesario cambiar algunos hábitos nocivos e incluir otros que serán de mucho provecho tanto para el embrión como para la embarazada en cuestión.
Desde el principio, se debe eliminar o reducir en gran medida el consumo de sustancias nocivas para la salud como el alcohol, el tabaco y excitantes como la cafeína o las bebidas energéticas. La última prohibición viene dada porque al momento de quedar embarazada, la mujer es más sensible a los efectos de la cafeína en el cuerpo afectando el sueño y el ritmo cardíaco del feto y la mujer; por lo tanto se debe limitar el consumo diario de té y café a sólo una taza en caso de que la progenitora sea aficionada a estas bebidas.
Por último, es necesario empezar a tomar ácido fólico para evitar malformaciones en el feto y fortalecer la producción de líquido amniótico en la placenta recién formada.