Llega el primer mes del embarazo y las preguntas acucian a la mujer primeriza o a las parejas deseosas de llevar a buen término el proceso de gestación. Es la hora de atar cabos sueltos y confirmar la presencia de un embrión en formación en el útero a través de un test de embarazo casero o una ecografía uterina.
Se llama a esta etapa la cuarta semana de embarazo, y sucede cuando ya se ha confirmado la presencia de la gestación del embrión. En esta semana el bebé es apenas un embrión microscópico del tamaño de una lenteja o una semilla de amapola, el cual empezará a acomodarse dentro del útero para desarrollar la bolsa amniótica y los diferentes órganos que a partir de la semana 10 empezarán a funcionar.
¿Qué sucede internamente durante esta semana de embarazo?
Con aproximadamente 120 días cumplidos de gestación, el embrión empezará a llamarse clínicamente: blastocito. Este conjunto de células tendrá forma de discos en los cinco días posteriores a la cuarta semana de embarazo y derivarán, gracias a la presencia de numerosas células madres, en tejidos que definirán los órganos y la forma del feto en desarrollo.
En este momento, el blastocito poseerá tres capas o láminas de célula conocidas como ectodermo, mesodermo y endodermo. El ectodermo formará el sistema nervioso central y estará ubicado en la parte de arriba del embrión; del mesodermo surgirán los huesos, músculos y sistemas sanguíneos. En última instancia el endodermo dará lugar a las glándulas tiroides, el páncreas y el tracto intestinal.
Mientras la placenta y el saco amniótico toman forma dentro de las cavidades del útero, un saco gestacional surtirá de toda la energía necesaria en el desarrollo del embrión a la cuarta semana; de este modo, el blastocito se valdrá de las membranas del útero para la secreción de hormonas que ayudarán a aguantar el embarazo.
¿Cuáles son los cambios externo que se observan?
En estas alturas ya la mujer habrá notado los diferentes síntomas del embarazo, como la fatiga, el cansancio, sueño, náuseas y molestias en horas de la mañana porque el organismo se está adaptando lentamente al proceso. Sin embargo para las personas que requieran confirmar la fecundación efectiva del óvulo, ya se puede confiar en los resultados del Test de Embarazo Casero porque la concentración de hormonas otorgará respuestas más confiables.
Entre otros síntomas inherentes en la fase de adaptación al embarazo se encuentra la presencia de cierto dolor pélvico similar al síndrome premenstrual, el cual origina hinchazón abdominal y gran sensibilidad en los senos. A veces estos ya pueden aumentar de tamaño y aunque sea muy temprano para este tipo de cambios, todo entra entre los síntomas regulares.
El ligero sangrado producido a la cuarta semana de embarazo es completamente normal y resulta de la continua inserción del óvulo fecundado en el endometrio del útero. No hay que caer en alarmismos innecesarios ya que aproximadamente el 25% de las mujeres sufre una hemorragia al principio del embarazo y casi todas llegan hasta el final de la gestación, sin embargo es mejor acudir a un centro asistencial para descartar abortos espontáneos.
Consejos para el cuidado en la semana cuatro de embarazo.
Cuando ya se confirma la entrada al proceso del embarazo y la fecundación es un hecho, la mujer embarazada debe mantener una dieta equilibrada y sana en todos los aspectos para evitar desórdenes alimenticios que afecten al feto recién gestado. Una mamá con sobrepeso corre el riesgo de sufrir de diabetes gestacional e hipertensión, teniendo altas posibilidades de heredar dichas dolencias al embrión.
Cuando la embarazada tiene problemas de tensión y los índices de azúcar elevados se debe practicar una cesárea al momento de dar a luz para evitar complicaciones en el parto que pueda costar la vida tanto de la mamá como del niño no – nato. En casos donde la madre tenga bajo peso, la ausencia de nutrientes destinados a la formación del feto puede provocar anemia durante el embarazo.
Conviene tanto a la madre como al niño, suspender la ingesta de alcohol y consumo de tabaco lo cual se traducirá en un sistema inmunológico más sano para el feto y evitará complicaciones pulmonares y cardíacas durante la gestación. Al mismo tiempo, se reduce el riesgo de aborto espontáneo, muerte del bebé en el nacimiento y desnutrición agravada.
Síntomas molestos como la náusea o la migraña, pueden combatirse con una ingesta frecuente de agua, tisana, yogures y tardar al menos media hora antes de levantarse completamente.