Solidaridad de obreros de Cataluña

Nace en 1958 con el nombre inicial de Solidaridad de Obreros Cristianos de Cataluña. Fue impulsada por los sectores de Unión Democrática de Cataluña más avanzados en el ámbito social, contando no sólo con la participación de antiguos militantes de la Unión de Trabajadores Cristianos de Cataluña, sino también con algunos trabajadores procedentes de la CNT y la UGT. Unos cuantos años más tarde abandonó su carácter confesional y se dedicó a una intensa labor de formación de cuadros sindicales. Siguiendo esta línea de trabajo, el esfuerzo que lleva a cabo la SOC entre los años 62 y 63, tanto a nivel organizativo como en la formación de cuadros, conlleva un crecimiento del sindicato, despuntando la entrada al mismo de militantes procedentes de la HOAC. A nivel teórico, la SOC enmarca sus reivindicaciones (profesionales y político- sociales) en una perspectiva de cambio de las estructuras, de cara a alcanzar una » sociedad fundamentada en la propiedad colectiva de los medios de producción y de cambio, […] la planificación vinculante descentralizada […] y la estructuración de la sociedad en base autogestionaria”.

A un nivel más práctico, para hacer de contrapeso a la fuerza abrumadora de la CONC, la SOC formó parte del proyecto conjunto con CNT y UGT de Cataluña para salir adelante, en julio de 1976, la Alianza Sindical de Cataluña. Un organismo unitario de corta existencia que no tuvo éxito. En 1977, la SOC celebra su IV Congreso (el primero después de la Dictadura), donde aprueba una declaración de principios que reitera su carácter anticapitalista (proponiendo como alternativa una democracia económica y social basada en la socialización de los medios de producción) 19 y su compromiso nacionalista (que incluye el conjunto de los Países Catalanes).

La valoración que hace CDC del papel de la SOC es positiva en el sentido de que en los últimos años ha acentuado y reafirma RMAT su carácter de sindicato nacionalista, a la vez que ha criticado las otras fuerzas sindicales por su condición sucursalista. Pero el propio partido no puede dejar de constatar el fracaso de la SOC, sindicato muy minoritario en comparación con el resto de fuerzas sindicales y con dificultades para crecer en «no haber conseguido la adhesión de amplios sectores de trabajadores autónomos, como, por ejemplo, en el País Vasco lo ha conseguido un sindicato nacionalista como es ELA- STV”

 

Nacionalismo y mundo sindical en Cataluña

José Manuel Rúa Fernández