Todas las empresas deben crear estrategias para cumplir con los objetivos organizacionales planteados. Para lograr crear e implementar esas estrategias se debe evaluar el desempeño de los trabajadores con respecto a las competencias laborales de los cargos, incluyendo en el proceso a la misión, visión y cultura corporativa. Según la firma London Consulting Group, la evaluación de desempeño de los empleados de una empresa permite “mejorar el desarrollo integral de la persona por medio de planes de acción con el jefe, con el fin de pulir su perfil y encaminar su plan de carrera”.
La misma consultora afirma que los principales aspectos que deben ser tomados en consideración a la hora de evaluar a los colaboradores de la empresa son: la conducta, solución de conflictos, comunicación, efectividad, objetivos, desarrollo personal, puntualidad, trabajo en equipo, proactividad, habilidades y tácticas.
Pero para poder realizar una valoración objetiva del desempeño de los empleados, más allá de la observación y juicio independiente del evaluador, se debe crear un método de evaluación útil tanto para el evaluador como para el evaluado y la organización. Esta forma de verificación debe permitir al evaluado conocer su rendimiento y evolución, al evaluador conocer el desempeño de su subordinado y a la empresa comprobar la eficiencia de los departamentos.
Tradicionalmente las compañías han evaluado el desempeño de sus trabajadores una vez al año y no es hasta entonces que el empleado conoce lo que debe mejorar. Pero gracias a los cambios constantes en el mercado y al surgimiento de nuevas necesidades, las empresas han ido desarrollando un modelo de evaluación cada vez más popular, el cual se conoce como el feedback constante.
Esta práctica se orienta a evaluar los proyectos realizados y a la retroalimentación continúa de los resultados, midiendo el desempeño por equipos y no por cargos. También, los feedbacks son claros y constantes, imprimiéndole dinamismo a las estructuras de los equipos y marcando objetivos transparentes para todos sus miembros.
Una de las principales ventajas de esta modalidad, es que permite a la empresa retener a su plantilla de empleados, entre otras razones, porque el feedback logra estimular el desarrollo de habilidades y la inserción del trabajador en la razón de ser de la compañía.
Pero esta retroalimentación por sí sola no hace milagros, es necesario que la empresa fomente el feedback pero también el entrenamiento de los trabajadores para que estén ajustados a los objetivos organizacionales. Un buen momento para hacerlo, es cuando el empleado va ingresando a la compañía, en esa etapa se recomienda aplicar un feedback intensivo que facilite la adaptación del nuevo miembro.
Expertos en el área de recursos humanos aseguran que los colaboradores tienden a esforzarse más cuando sienten que son responsables por los resultados obtenidos en un proyecto específico, y sobre todo cuando perciben que sus habilidades y destrezas están siendo aprovechadas y reciben algún tipo de reconocimiento por sus aportes o contribuciones en un trabajo en particular.
Finalmente, el feedback constante tiene especial éxito cuando este se implementa utilizando técnicas de gamificación porque lo hace más atractivo para los trabajadores y es más efectivo cuando se marcan o definen planes de desarrollo sencillos.