Una buena postura refleja seguridad y confianza en la persona, dice mucho de la personalidad y actitud, y también deja ver mucho del estado de los músculos y articulaciones. La fuerza de los músculos del abdomen y la espalda son los principales encargados en mantener erguido el cuerpo, si estos músculos están debilitados esto se verá evidenciado en una mala postura, lo cual a su vez conllevará al empeoramiento de dolores o lesiones en las caderas, espalda baja, cuello u hombros.
Teniendo en cuenta que la mayoría de los trabajos de oficina implican gran cantidad de horas sentados frente a computadoras, para el adulto de hoy en día es muy común desarrollar una mala alineación corporal, afectando progresivamente los ligamentos y músculos, lo cual se ve traducido en dolores crónicos de espalda y cuello, rigidez, diversos tipos de lesiones, debilidad y fatiga muscular, y demás problemas relacionados.
Para corregir la postura primero debes ubicar la zona problemática, puedes guiarte por los síntomas y dolores que padeces para así delimitar los músculos que debes trabajar en orden de fortalecer el área afectada. Luego debes comprender qué es una postura correcta, para esto puedes ayudarte de una pared, recostarte para alinear la columna, un espejo también puede ser útil. Observa que tus hombros deben quedar alineado con tus orejas, tus pies posicionados al ancho de la cadera con los dedos apuntando al frente, y tu cabeza mirando al frente. Esta postura comprende la apertura del pecho y el alineamiento de la columna que brinda mayor estabilidad y confort.
Una vez conoces cómo se ve una postura correcta puedes tomar consciencia de la desviación que hay en tu cuerpo. Las desviaciones más comunes consisten en desalineación de la cadera, ya sea ésta desplazada hacia delante o hacia atrás o cadera desigual, la cabeza desplazada hacia delante, los hombros hacia delante u hombros desiguales, los pies apuntando hacia dentro o hacia afuera. Todas estas desviaciones implican debilidad en la región central del cuerpo, es decir, el abdomen, la espalda -alta y baja-, hombros, pecho y cuello.
Estas malas posiciones conllevan a una sobrecarga para unos músculos, mientras que otros se ven menos utilizados, produciendo tensión, dolor y posible lesión en los músculos implicados. Para evitar lesiones, reducir síntomas, adquirir una mejor postura y aliviar todos los dolores lo más recomendado es entrenar y fortalecer el cuerpo, para que de esta manera implique menor esfuerzo y desgaste para los músculos. Pero igualmente debes vigilar tu postura, enseñándote a ti mismo cómo debes caminar, sentarte, e incluso dormir.
Arreglar tu ambiente para que todo sea más ergonómico es otra medida a considerar para mejorar la postura; en tu zona de trabajo recuerda posicionar el monitor a la altura de tus ojos, mientras que el teclado debe situarte más abajo, para que tus brazos y hombros no queden elevados, mientras que mantienes la espalda recta pero relajada. También es relevante que cada cierto tiempo realices estiramientos, pues mantener la misma pose durante un largo período de tiempo puede ser fatigante para el cuerpo, que se irá encorvando progresivamente si no cambia de posición de vez en cuando.
En cuanto a los ejercicios, toda clase de abdominales, planchas, extensiones de piernas, puentes, posiciones de yoga como la pose de cobra, el saludo al sol, y en sí la práctica de yoga y pilates, todo esto resulta beneficioso para fortalecer el núcleo del cuerpo y desarrollar una mejor posición corporal. Prueba hacer estiramientos colocándote de espalda a una pared y extendiendo los brazos lo más alto posible, si separar la espalda. Realiza esta clase de ejercicios cotidianamente, siendo progresivo y constante para ir adquiriendo fuerza, mejorar la postura, y aliviar los dolores.