Un caleidoscopio en sentido estricto es un tubo con tres espejos en su interior, pero al mirarlo desde diferente ángulos, se pueden observar gran cantidad de imágenes, ninguna es falsa, todas son reales a los ojos del espectador, sin duda la historia es vista desde diferentes ángulos, no hay una continuidad en la visión, simplemente se agitan y comienzan desde un nuevo enfoque, pero aún así, se forma la interpretación y la gran gama de genialidades, creadas a partir de la discrepancia. Éstas por ende, se convierten de pronto en una mirada al pasado desde el presente, con prospectivas y relacionándolas con todo el medio socio cultural que nos rodea.
¿Para qué enseñar historia? ¿Por qué enseñar historia? Y finalmente ¿Cómo enseñar historia? Estas interrogantes son las mismas que se hacen docentes y estudiantes, por ello, es de vital interés analizar más a fondo esta problemática, y llegar a un consenso donde se plasme alguna propuesta de trabajo con base en la experiencia en el salón de clases.
La importancia de enseñar Historia y todo lo relacionado con ella, se remonta no sólo al pasado glorioso, fortuito, ominoso, obsecuente o guerrero de un país, sino que la trama principal se encuentra, en que el presente que vivimos tiene un sustento, siendo “la imagen verdadera del pasado una imagen que amenaza con desaparecer con todo presente que no se reconozca aludido a ella” , de ahí la importancia de encontrar en nuestra época un sostén liberador, y la paz interior con ese reencuentro del pasado histórico, que nos lleva a conocer nuestras condiciones sociales actuales.
Hoy en día es necesario, debido a la problemática en que nos encontramos como seres humanos dentro del sistema mundo , conocer las circunstancias que nos han llevado a nuestra actual situación, pero lo más importante de todo radica en ubicar que hay una estrecha relación entre el pasado y el presente, todo lo que motiva a los seres humanos a realizar determinadas acciones, se ve reflejado en la sociedad, se tienen que rescatar las características del pasado para entender mejor nuestro presente, nosotros como pueblo, como nación somos producto de lo ya vivido y el futuro será producto de la que hagamos hoy. Debido a esto, el simple hecho de conocer lo concerniente al saber histórico, se verá reflejado en nuestra relación con nuestros semejantes, ya sean cercanos o lejanos, por ello es importante aprender historia, ya que de esta manera podemos actuar de una manera más consciente en el mundo, interpretando los eventos sociales, políticos, económicos y culturales.
Aunado a lo anterior, todo está relacionado con la Historia, esta relación lógica invita a pensar, ¿Cómo van a transmitirse valores morales o ciudadanos sin recurrir a informaciones históricas, sin dar cuenta de las leyes vigentes y del sistema de gobierno establecido, sin hablar de otras culturas y países? Como corolario de lo dicho, hoy en día tenemos muchas más opciones para explotar la Historia, pero solamente para niveles superiores o círculos de intelectuales, porque se observan demasiadas limitantes para lugares como las escuelas de formación básica, media o media superior. Entonces la materia por si misma deja de ser estimulante para el alumno, por el simple hecho de tener que recordar fechas y personajes, ven los planes de estudio y se horrorizan al ver lo aburridos que serán, o la sienten ajena a ellos mismos, no le encuentran significado en su mundo.
Por estas razones se tienen que romper todos esos paradigmas retrogradas, haciendo un verdadero aprendizaje de la materia de Historia, usando los elementos didácticos necesarios, tratando de desarrollar unos objetivos bien definidos a la hora de elaborar un plan de estudios, como lo menciona Joan Pagés identificar, analizar y mostrar lo que han aprendido, al interrogar a las realidades sociales en una perspectiva histórica, hurgando en su pasado para darle significado al presente, respondiendo a las necesidades de los adolescentes, seleccionando el contenido con base en sus potencialidades, implementando a largo plazo un enfoque de investigación-acción. Afortunadamente, teniendo un orden dentro de los objetivos del programa de estudios, se pueden implementar varias estrategias. Algunas de las ideas surgidas son:
• Hacerles saber la importancia de lo que van a aprender y su utilidad,
• Invitar a los estudiantes a realizar conexiones entre hechos históricos y su modificación, incitándolos a la reflexión.
• Implementar lecturas concretas y explícitas, que inviten al debate.
Por último, estoy seguro que si se cumplen éstos objetivos básicos que mencioné en este ensayo, la implementación de diferentes técnicas y estrategias sin duda ayudará a formar personas más capaces para vivir en este país, en este mundo y en esta sociedad, el final no está escrito, sin embargo, dejaré este escrito abierto, para una próxima reinterpretación, reescritura y obviamente una propuesta didáctica integral. Finalmente agitamos el caleidoscopio y una nueva idea, una nueva visión llegará a transformarlo todo.
Fuentes de consulta:
• Benjamín, Walter, Tesis sobre la historia y otros fragmentos, México, Contrahistorias, 2005.
• González Muñoz, María del Carmen, La enseñanza de la historia en el nivel medio. Situación, tendencias innovaciones, Madrid, Grupo Anaya, 2002.
• Pagés, Joan, ¿Qué se debería de enseñar de historia hoy en la escuela obligatoria? ¿Qué deberían aprender, y cómo, los niños y las niñas y los y las jóvenes del pasado? En Revista escuela de historia, Facultad de Humanidades Universidad Nacional de Salta, no. 6, vol. 1, 2007.
Escritor: Ian Alonso Esquivel López